viernes, 5 de abril de 2019

SUERTE

Estos políticos no quieren arreglar el mundo, quieren un sueldo fijo y disponer de las tardes.

Un artículo de Juan José Millás en el Pais de hoy.

Las gentes de la izquierda, en Madrid al menos, dan la impresión de presentarse a una oposición al Cuerpo de Correos en vez de a unas elecciones municipales o autonómicas. De ahí la fragmentación de la que somos testigos. Estos políticos no quieren arreglar el mundo, quieren un sueldo fijo y disponer de las tardes. De otro modo alcanzarían acuerdos programáticos para montar una sola candidatura. Pero estamos regresando a los tiempos en los que a lo más que se podía llegar era a vivir de un sueldo del Estado.

La ventaja de las elecciones es que no tienes que dejarte las pestañas estudiando 12 o 14 horas al día un temario feroz. Basta disponer de un arsenal de frases hechas para los mítines y de un poco de caradura para la tele. La tele, pese a las horas que pasamos en ella, continúa siendo un lugar extraño. Hay días en los que parece uno de esos callejones solitarios y estrechos en los que te tropiezas de súbito con compañeros de colegio a los que hace 40 años que no ves y a los que has de saludar porque no hay forma de evitarlos. La otra noche apareció en la pantalla un político retirado de la circulación del que no recordaba ni su nombre. Con franqueza, creía que se había muerto y resultó que no: que le habían hecho un hueco en el Parlamento Europeo, donde cobraba un sueldo de funcionario del nivel 24 sin hacer prácticamente nada, pues no teníamos noticias de su actividad. Luego apareció otro individuo, también muerto, que, sin embargo, era senador. Pasaba sus últimos días dormitando en un escaño de la Cámara Alta. De vez en cuando, le mandaban votar y se equivocaba de botón. Pobre.

Querida Soraya Rodríguez, aunque no la necesitas, suerte en el examen. Y a ver si te pagas algo para celebrarlo.

miércoles, 3 de abril de 2019

CHINCHONENSES POR EL MUNDO: JUAN JOSE ONTALVA

Esta es la entrada número 3200 de las publicadas por El Eremita, desde aquel lejano día 1 de mayo de 2008 y en esta ocasión ¿que mejor oportundad para acordarnos de Juan José Ontalva?

Los más jóvenes seguro que no le conocen; los mayores, si. Es Juan Jose el relojero y debe frisar ya los 89 años. Tenía su pequeño taller en la calle Grande, donde ahora está Bankia. Allí, también su mujer Charo abrió un tienda de moda que llamó “Mazon” y allí también, en el primer piso hubo un Bingo, en el que casi todos podían cantar linea o bingo, pero los premios nunca llegaban a cubrir el dinero que te jugabas.
Eso debía ser allá por los finales de los años sesenta del siglo pasado. Después se marchó a Madrid, donde su prestigio le llevó al reconocimiento que ha alcanzado una dimensión internacional.
Era hijo y nieto de relojeros, pero inició su aprendizaje en la Casa Canseco, relojeros, por lo que en Chinchón siempre se le conoció con el sobrenombre de “Canseco”. Esto nos da pie para recordar que el reloj de la Torre de Chinchón es de la casa Canseco, y se instaló en el año 1890.
En una de las muchas entrevistas que le hicieron en la prensa especializada decía:
“En mi época, los hijos imitábamos a nuestros mayores. Consideré que mi destino era ser relojero, y lo acepté con mucho gusto. Hoy hay jubilados que, para pasar el rato, juegan al mus. Yo, en cambio, sigo enganchado al oficio", asegura.
Seis décadas de trayectoria entre manecillas y engranajes son las responsables de que algunos de los (cada vez más escasos) profesionales que siguen activos en la capital hayan pasado por sus manos. Es el caso de sus discípulos de Nuevo Arte de Reloxes (O'Donnell, 28) que, tras el cierre por jubilación de su anterior dueño, abrieron en 1996 esta nueva dirección, especializada en la restauración de relojes antiguos. "El relojero en España siempre ha tenido una serie de problemas que tienen sus raíces en la soledad. Hemos tenido que improvisar, que hacernos a nosotros mismos. No nos ha quedado más remedio", prosigue Ontalva. "Sin escuelas, los que pueden ser maestros, cuando desaparecen, se llevan consigo la experiencia, que es lo único que no se puede copiar".
En el año 2015, Con más de 60 años como reparador de grandes relojes a sus espaldas, Juan José Ontalva hacía repaso de su carrera y analizaba la situación actual del Sector.  A su juicio, la falta de interés por la formación y la transmisión de conocimientos, harán de la reparación un oficio del pasado



¿Cómo ve el futuro de la formación y de la relojería en España, en materia de reparación?

Mal, francamente mal. No le veo futuro. Al fin y al cabo, todos los que están trabajando en esta especialidad han aprendido en mi taller -no quiero arrogarme- pero de hecho, si no fuera así, creo que no habría nadie. Los pocos que habían han ido muriendo y los que estamos, estamos en una edad muy avanzada.
¿Cómo ha afectado la crisis a este oficio en los últimos años? ¿Cree que se atisba cierta recuperación, desde el punto de vista relojero?
Pues la crisis ha afectado, pero también afecta el cambio en los gustos de época. En generaciones pasadas no tenían quizá otras apetencias y distracciones, por lo que el coleccionismo estaba al alza. La gente joven de hoy día tiene muchos estímulos, lógicamente se quiere vivir bien y, si sobra un dinero, igual no va hacia el coleccionismo porque tiene mucha competencia. El turismo, por ejemplo, ha sido lo que más ha perjudicado al mercado del coleccionismo en nuestro país.  



¿Cuáles han sido los años ‘dorados’ recientes del coleccionismo en España?
Yo diría que sobre los años 50-60, fueron cuando realmente había disponibilidad de dinero en sectores muy amplios e iban directamente al coleccionismo. Entonces el aficionado tenía otro estilo, tenía las colecciones en casa... Ahora hay que tenerlas en bancos, en cajas de seguridad y entonces, ¿para qué una colección de relojes si no la puedo mostrar?

¿Cómo ve el futuro de la reparación de relojes clásicos en España? 
Apostaría por una escuela de relojería antigua, artesanal. Esa sería mi mayor ilusión, ver cómo se enseña una profesión bellísima, importantísima. El mundo que conocemos no sería posible sin los relojes. La medición del tiempo tiene una importancia tremenda, terrible, para todo. Hay máquinas más llamativas, como el ferrocarril, pero sin los relojes no habría ferrocarril, ni navegación, ni aeronáutica.  Es un deber de todos proteger un oficio tan bonito.
Juan Jose Ontalva tiene en sus talleres unas de la más importantes colecciones de utensilios y ejemplares de relojería. En el año 1983 hizo una recopilación  de diversos estudios y noticias de la época sobre relojes entre los que se encuentran fotografías y detalles del reloj del Congreso de los Diputados, que fabricó el relojero suizo Billeter en 1857.

Sirva este reportaje como un humilde reconocimiento a su dilatada trayectoria profesional, en tanto que en Chinchón se le hace el homenaje que se merece, como debería ser norma para todos los que de una u otra forma se distinguen en su vida profesional.

lunes, 1 de abril de 2019

FLORACIÓN


En estos días en los que a la primavera parece que le han entrado las prisas por llegar, cuando las temperaturas van alcanzando unas cotas impropias y el sol parece que ha secuestrado las nubes, cuando sales a pasear por el campo te puedes sorprender con ese espectáculo único y que solo se repite de año en año, como es la floración de las plantas.

Hay quienes hacen cientos de kilómetros para irse a Extremadura para admirar en el Valle del Jerte la floración de los cerezos, pero no hace falta irse tan lejos, también, por aquí cerca nos podemos encontrar en algún recodo de cualquier camino con un modesto almendro que por unos días se convierte en una sinfonía de colores y texturas que te puede dejar extasiado durante horas. 

Con esta fotografía que hice, hace unos días,  en la Manchuela de Albacete, quiero hacer mi pequeño homenaje a este prodigio de la naturaleza que es la floración.

domingo, 31 de marzo de 2019