Otra buena oportunidad para disfrutar de una buena noche en Chinchón, no os lo debéis perder.
sábado, 23 de junio de 2018
miércoles, 20 de junio de 2018
REYES DE LAS FIESTAS
En el año 1963 se elegía por primera vez la Reina de las fiestas que con el paréntesis de 1965-1966, se ha venido realizando hasta la fecha, con sus damas de honor. En estos cincuenta años las sensibilidades han cambiado; han decaído los concursos de belleza y la imagen de mujer-florero está en entredicho. Simultáneamente, en Chinchón, el sistema de elección de las reinas y damas de honor en las Fiestas Patronales ha ido teniendo diversos sistemas, habiendo llegado, este año, al sorteo puro entre las señoritas que quieran optar a este nombramiento. Un sistema que evita conflictos a los electores, pero que no es el modo de elegir a las que mejor puedan representar a las jóvenes de Chinchón.
Porque, el motivo de esta elección y nombramiento es que presidan las Fiestas Patronales unas jóvenes que representen a la juventud de nuestro pueblo.
Hasta ahora se ha considerado la belleza de las jóvenes como medida para esta elección, cuando hay otros baremos que también se deberían tener en cuenta a la hora de nombrar quien represente a la juventud de Chinchón.
Se ha determinado como edad idónea los 18 años. Una edad, a mi juicio adecuada por diversas circunstancias, lo que me ha dado pie para hacer una propuesta que podría ser sometida a consulta antes de tomar una decisión.
Se debía nombrar “REYES DE LAS FIESTAS”, o sea, una joven y un joven que representen a toda la juventud de nuestro pueblo, y ese honor se podría ofrecer a los que mejor nota hubieran conseguido en la graduación del último curso del bachillerato, de cada año. De esta forma se estaría premiando unas características como el esfuerzo y la excelencia, que también son una forma de belleza digna de ser admirada. Lógicamente la aceptación del honor siempre sería opcional por parte de los elegidos.
Sin duda habrá opiniones para todos los gustos.
martes, 19 de junio de 2018
MACHISMO.
El nuevo gabinete de Pedro Sánchez ha sido saludado con alborozo por el hecho de tener once ministras en el Consejo de ministros. También se ha resaltado que tiene dos homosexuales. Claro está que también se ha puesto en valor el carácter profesional de la mayoría, aunque algún periodista se preguntaba si había alguna lesbiana entre ellas, algún transexual o algún representante de alguna otra minoría. Hay catalanes, andaluces, valencianos, extremeños; vamos, de todo un poco.
Es posible que hacer todas estas consideraciones no sea más que la necesidad de rellenar todos los días tanto periódico, tanta tertulia y tantas horas de televisión, pero no deja de ser un síntoma de andarse por las ramas y desviar la atención de lo verdaderamente importante: sus méritos y su capacidad de gestión.
Yo creo que es también un claro síntoma de machismo, aunque pueda parecer machismo positivo. Es posible que el lenguaje pueda marcar el pensamiento y el diccionario de la lengua española está plagado de giros machistas, pero decir consejo de ministras y de ministros no es nada más que una forma de dar la nota, con muy poco recorrido efectivo en favor del feminismo. Yo pienso que se habrá llegado a la verdadera igualdad cuando ya no haya que resaltar el número de mujeres que forman parte de un Consejo de Administración, porque se entienda que los que allí están han sido escogidos o escogidas (ya estamos con el maldito machismo del idioma), por su valía, sin tener en cuanta su sexo, condición, raza o religión.