viernes, 27 de octubre de 2017

SEMBLANZAS DE CHINCHÓN. LXI. CAMILO DE GOYA.

61.- Camilo de Goya, Capellán de la Iglesia de la Piedad de Chinchón. (Personajes)

Los datos que se detallan a continuación están tomados  de un artículo publicado en la Revista Antiquaria nº 164 - 1998, firmado por José Manuel Arnaiz, que titula EL HERMANO DESCONOCIDO, que dedica a Camilo de Goya y Lucientes, del cual he seleccionado algunos párrafos:

Camilo nació en Zaragoza el 7 de febrero de 1752, siendo bautizado en la parroquia del Pilar al día siguiente. De su formación y estudios nos informa también que, tras los de primeras letras y Gramática y Latinidad, comenzaron por los de tres años de Artes cursados en cuatro, desde 1767 - 1768 a 1770 - 1771, seguidos por los cuatro de Filosofía entre 1771 y 1775, y completando con dos cursos de Teología Moral entre 1775 y 1777, durante los cuales recibió la primera tonsura el 22 de marzo de 1776 en el oratorio del palacio arzobispal de su Zaragoza natal. Iniciada así la carrera eclesiástica, según Ansón, Camilo opta infructuosamente en 1781 a un beneficio en la zaragozana parroquia de San Miguel de los Navarros, presentándose en noviembre a la oposición para el concurso de Beneficios Curados de Toledo, que parece haber aprobado.

Ya en 1783, año clave en la biografía de ambos hermanos, el 29 de enero, aquellas preocupaciones y cuidados por el porvenir de Camilo siguen presentes en el ánimo del pintor. Su mejor situación económica y las favorables expectativas que el encargo del cuadro de San Bernardino de Siena para la Real Iglesia de San Francisco el Grande y sobre todo el del retrato del influyente Floridablanca, es de suponer que se hallan en el trasfondo de un párrafo de la carta que en tal fecha dirige a Zapater: «Embíale esa relación de méritos a Camilo y dile que aquí se practican todas las diligencia para su acomodo».

Goya llega en el verano a la pequeña corte que el Infante D. Luis de Borbón mantenía en su jornada de Arenas, en visita a su cuñado Marcos del Campo, quien había contraído matrimonio el 1 de marzo de ese mismo año con María Matea Bayeu y Subías, hermana de Josefa, esposa de Goya y de Francisco, Ramón y Manuel Bayeu también pintores.

Goya gana la simpatía del Infante, caza con él, recibe generosos obsequios y pagos y obtiene para su hermano Camilo la concesión de una capellanía en la parroquia de Chinchón, condado que, con sus estados y señoríos, D. Luis había adquirido de su hermano D. Felipe, Duque de Parma, el 25 de mayo de 1761 en un precio realmente fabuloso, gracias a la enorme fortuna que las rentas de los arzobispados de Sevilla y Toledo le proporcionaban y que se había reservado tras su renuncia a las dignidades eclesiásticas en 1754.

De todas formas para disfrutar la capellanía -una de las 24 que dotadas por D. Luís eran de su propiedad- necesitaba Camilo, pese a haber tomado posesión de ella, obtener las ordenes mayores, condición exigida por la normativa de la Parroquia, puesto que hasta entonces no era sino clérigo de corona, es decir, solo había obtenido como ya hemos visto la tonsura. Para ello da comienzo el 3 de enero de 1784 a las gestiones necesarias para obtener las otras órdenes menores (ostiario, lector, exorcista y acólito) precisas para poder optar a las mayores, haciéndolo con dispensa de intersticios, esto es, del tiempo que de acuerdo con el Derecho Canónico debe mediar entre la recepción de dos órdenes sagradas.


El 24 de enero «examinado y aprobado en el Sínodo de este día...», el 26 se expide por el Colegio de Notarios y Escribanos Reales de Madrid la certificación de haber cumplido todos los requisitos para la obtención de las órdenes y el 2 de marzo tras realizar los ejercicios espirituales en el Oratorio del Salvador, finalmente obtiene la certificación para grados y epístola, es decir; alcanza el subdiaconado primera de las órdenes mayores.


Siguen a ritmo acelerado los trámites para la obtención de las otras dos órdenes mayores, es decir diaconado y presbiterado. Iniciados el 16 de marzo -siempre con dispensa de intersticios- el 18 se le otorga la autorización y se le convoca al examen cuyo aprobado obtiene el 20. De nuevo la realización de ejercicios, ahora en Santa Rosalía Noviciante y del Padre Agonizante, obteniendo la certificación para evangelio, es decir, el diaconado el 24 y pocos días después, el 5 de abril de 1784, la certificación para misa, es decir, la obtención del ansiado presbiterado.

¿Cómo pudo Camilo, modesto clérigo de corona, obtener las cuatro órdenes menores y las tres mayores que el disfrute de la capellanía le exigía, en el breve espacio de los tres meses que separan el 3 de enero y el 5 de abril? Es más que posible sospechar la intervención de su hermano Francisco cerca del Infante D. Luis, puesto que es precisamente en la diócesis de Toledo, cuyo arzobispado había poseído el Infante y cuyas rentas conservaba con la influencia y poder que ello le suponía, donde se desarrolla la carrera eclesiástica de Camilo.

 Hecho ya flamante presbítero y en disfrute de la capellanía concedida por Don Luis en la iglesia parroquial de la Piedad, pasa Camilo a residir en Chinchón, no sin antes hacer un viaje a Zaragoza. En todo caso, lo cierto es que ya en diciembre de 1784 el capellán está en Chinchón. Su nuevo estado le permite a Camilo algunas satisfacciones, como la de visitar a su hermano y valedor. El 11 de diciembre Goya, tras comunicar a Zapater que: «Camilo ha benido hoy de Chinchon», añade: «Memorias de Camilo que no ay en Chinchon quien lo pueda seguir en el canpo». La estancia se prolongó hasta bien pasadas las navidades puesto que el 14 de enero aún seguía en Madrid: «Camilo ha estado estas fiestas en casa y lo está también». Dos meses más tarde, el 22 de marzo de 1785 el pintor pide a su corresponsal: «Azme el fabor de enbiar un recado a mi madre de mi parte diciendole que estoy bueno y Camilo lo mismo, que a estado muy ocupado en Chinchón en la parroquia en medio de la iglesia con su mesa y tintero examinando a todo el lugar».


 Otro párrafo en la correspondencia de Goya con Zapater bastante explícito sobre el trato entre los dos hermanos, se encuentra cuando en agosto, también de 1785, le comunica: «Yo me boy el domingo a Chínchón y me quiero estar quince dias cazando».

Poco o nada sabemos en fechas posteriores de la vida de Camilo Goya. Debió transcurrir plácida y tranquila dedicado a su menester religioso, adquiriendo con sus ahorros y quizá con alguna ayuda de su hermano Francisco, como veremos poco más abajo, algunas propiedades, entre ellas unas viñas y una casa que compra el 8 de diciembre de 1825 sita en el callejón sin salida, en la plazuela de San Antonio Abad y que debía colindar con la que habitaba y había obtenido en fideicomiso por el también presbítero Agustín Ortiz de Zárate el 24 de mayo de 1820, quien a la muerte de Camilo, como veremos, fue designado para su uso.

Por su testamento, otorgado el 6 de diciembre de 1825 ante Gabriel González Rey, escribano de la villa de Chinchón, instituyó como su principal heredero al hijo único de su hermano Francisco: «Lego y mando a D. Francisco Xavier de Goya mi sobrino carnal residente en Madrid toda la especie de dinero que tuviese al tiempo de mi fallecimiento y me debieren por deudas, créditos salarios y con lo que deba percibir de mi capellanía como tambien el vino y Aguardiente que me pertenezca al tiempo de mi fallecimiento y el Relox de plata de faltriquera pero con la condición de que ha de satisfacer los gastos de entierro, funeral y misas ordenadas en este testamento...».Siguen otras mandas a Sabina García y Valero de una viña en el camino de Balviejo, a Jacinta Valero, viuda, y en usufructo vitalicio que habría de recaer en su hijo Francisco García y Valero, otra viña en camino de la Cabeza de los Abares. A Tomás García y Herrera la alquitara o alambique que poseía junto a su culebrina y trujal, las tinajas a los hijos de éste y finalmente del remanente al citado Francisco García y Valero.

La firma de Camilo, temblorosa e insegura, advierte del estado de gravedad en que se encuentra. Reza el documento a su pie que se extendió un codicilo el 7 de febrero de 1827 y que murió el 13 de septiembre de 1828, invalidando así la fecha del 13 de diciembre, que desde la publicación de Allende Salazar ha venido admitiéndose como cierta.

Sorprende grandemente que esta estrecha relación entre Francisco de Goya y su hermano Camilo, hermano preferido le llama Jeannine Baticle con toda razón, no hubiera tenido reflejo en el catálogo de las obras del genial pintor Allende Salazar rechazó rotundamente un retrato existente en la colección Zuloaga de Zumaya, no sólo en lo que se refiere al modelo, supuestamente Camilo Goya, sino también en cuanto su posible atribución a Francisco.
Es pues tanto más interesante, la aparición de un pequeño lienzo, en el que con la máxima economía de medios, pero con la más admirable soltura goyesca aparece el retrato de un clérigo, cuyo parecido físico con Goya es verdaderamente tan tentador que inclina a admitir que se trate de Camilo. Si se compara este rostro con el que vemos en el célebre autorretrato, datado generalmente hacia 1795, pero que bien podría ser de algunos años antes, en el que se representó alumbrándose en su tarea con la luz que derraman unas velas puestas sobre su sombrero -hoy afortunada propiedad de la Academia de San Fernando--, así como en otros autorretratos, entre los que destaca uno de una colección particular de Madrid, datado entre 1770 - 1775, se verá con toda claridad este parecido que señalamos. Los arcos superciliares, la forma del mentón, la configuración de ambos rostros son, por cierto, sorprendente parecidos.


El retrato, que por su espontaneidad y por su abreviación y por su característica grafía ha de tenerse por un afortunado impromtu de Goya, de ser Camilo el retratado, como supongo, habría de haberse realizado en el corto espacio de tiempo que medió entre la obtención por Camilo del subdiaconado el 24 de febrero y el 5 de abril de 1784 en que alcanzó el presbiterado, ya que está representado revestido de una dalmática distinguida por el collarín como corresponde a los subdiáconos.

La historia de las relaciones entre los dos hermanos termina el 28 de noviembre de 1828, cuando Xavier de Goya como sucesor y heredero del pintor en el poder que otorgó a Teodoro Ortiz de Zárate -hermano de Agustín y así mismo presbítero y capellán en la parroquia de Chinchón e igualmente albacea del difunto Camilo- para que cobrara en nombre de su padre (no se indica que el genial pintor había ya fallecido el 16 de abril en Burdeos), el total de los siete mil reales al heredero de Camilo, Francisco García y Valero”.

Podemos añadir que Camilo de Goya y Lucientes hizo que su madre se trasladase a vivir a Chinchón, donde era visitada de forma habitual por don Francisco de Goya, quien durante una temporada estuvo al cuidado de su madre para restablecerse de una grave enfermedad. La madre murió en Chinchón y fue enterrada en el cementerio que existía enfrente de la Iglesia de Santa María de Gracia junto a la torre.
Don Camilo debió narrar a su hermano los terribles acontecimientos acaecidos en Chinchón los últimos días del año 1808, cuando las tropas francesas al mando del Mariscal Víctor, asolaron Chinchón. En los impresionantes grabados de los “desastres” de Goya podemos vislumbrar algunas escenas que debieron ocurrir en Chinchón. Concretamente, el aguafuerte que tiene el número 37 y que tituló “Esto es peor”, y que en una prueba retocada por Goya, antes de la tirada definitiva, lleva detrás, de su puño y letra, la inscripción: “El de Chinchón”, lo que puede corroborar nuestra teoría. El desdichado protagonista, bien pudo ser Agustín Moreno, que apareció muerto en un árbol en la calle de la Reina de Aranjuez, el último día de ese año.
 En lo que, sin duda, también debió intervenir fue en la gestión ante los condes de Chinchón y su hermano para que éste pintase el Cuadro de la Asunción de la Virgen que luce actualmente en el retablo de la Iglesia de Chinchón. Conocemos que existía un cuadro de Claudio Coello dedicado a la Asunción y Coronación de la Virgen que desapareció en los días del asalto de los franceses a Chinchón. El Capellán animaría a su hermano a pintar un cuatro que sustituyese al anterior.

 Inmaculada Concepción de Claudio Coello. Año 1676. Óleo sobre tela de  2,10 x 1,45 m.

Museo Goya de Cantes

El cuadro de la Asunción de la Virgen, lo pintó Goya en su taller de Madrid y trasladado posteriormente a Chinchón, donde se debió unir al bastidor. Hay constancia de cuando fue colocado en la Iglesia de Chinchón, por una inscripción que aparece en el bastidor del cuadro y que dice textualmente:
"Se colocó esta pintura el día 19 de julio de 1812, siendo cura de esta iglesia el señor don José Robles. La hizo don Francisco de Goya, pintor de Cámara de S.M.D. Fernando VII".



El Eremita.
Relator independiente.

jueves, 26 de octubre de 2017

PRESENTACION DEL II VOLUMEN DE "CHINCHÓN EN LA MIRADA"


EL SÁBADO, DÍA 28 DE OCTUBRE A LAS 18 HORAS EN EL TEATRO LOPE DE VEGA DE CHINCHÓN

miércoles, 25 de octubre de 2017

SEMBLANZAS DE CHINCHÓN. LX. LOS CURAS DE CHINCHÓN.


60.- Los Curas de Chinchón. (Pesonajes)



El día 4 de mayo de 2010 tuvo lugar una jornada sacerdotal con motivo de las bodas de oro sacerdotales de don José Medina Pintado que ofició la Santa Misa, acompañado por todos los sacerdotes vivos de Chinchón, así como de muchos de los que fueron coadjutores de la Parroquia, que ese día volvieron a Chinchón.

En la homilía resaltó que esta celebración que estaba motivada por sus bodas de oro sacerdotales quería ser una homenaje a todos los sacerdotes que habían pasado por Chinchón, resaltando la labor de todos ellos y haciendo especial mención a varios que se habían distinguido por su celo y dedicación, sirviendo como muestra San José María Rubio, que había sido coadjutor de la Parroquia de Chinchón a finales del siglo XIX y que este día se celebraba su fiesta litúrgica.
Para este día se publicó un pequeño folleto que recogía todos los sacerdotes que habían nacido en Chinchón y también muchos de los párrocos y coadjutores que habían ejercido su ministerio sacerdotal en esta parroquia.

CURAS Y RELIGIOSOS NACIDOS EN CHINCHON.

BERNARDO PEREZ DE CHINCHON. Nació en Chinchón, aunque la fecha exacta de su nacimiento no puede determinarse con precisión, pero posiblemente tuvo lugar en los últimos años del siglo XV o en los primeros años del siglo XVI.

Nació en el seno de una familia de conversos. Sus padres fueron Hernán (Pérez) Jarada e Isabel de Robles. Tuvo ocho hermanos.

Bernardo Pérez pudo estudiar en Alcalá de Henares donde consiguió el título de Maestro de Teología. Se trasladó al Reino de Valencia donde vivió el resto de su vida. Trabajó bajo el patronazgo del duque de Gandía y fue preceptor de sus hijos. Ejerció como canónigo de la colegiata de Gandía durante largos años –ya lo era al publicar el Antialcorano, en 1532–, y en posesión de ese cargo obtuvo la dignidad de «capiscol» o maestrescuela de dicha colegiata.

Bernardo Pérez de Chinchón fue uno de los traductores de Erasmo de Rotterdam en tierras españolas durante el siglo XVI.

En 1535 publicó su traslado de la “Praeparatio ad mortem” y, en 1533, "La Lengua de Erasmo nuevamente romançada por muy elegante estilo", de la que hubo otras dos ediciones cercanas, en 1544 y en 1550.

También dio a la luz la "Exposición al Pater Noster" y "Los Silenos de Alcibíades”, que se incorporaron al Índice de Valdés de 1559, además de algún otro texto erasmiano.

Pronto también contribuyó a la tratadística antialcoránica, dentro de su interés por la presencia islamista en el Levante peninsular, y redactó un Libro llamado "Antialcorano", impreso en Valencia por Juan Jofre en 1532.

Murió en Gandía el año 1548.

FRAY PEDRO VILLEGAS. Fraile Agustino que murió martirizado cerca de Écija en el año 1558.

MIGUEL SERRANO. Arzobispo de Manila.

FRAY JUAN DE QUINTARNAYA. Ejerció en Alcalá de Hernares como escribano real, y cuando murió su mujer, tomó el hábito de San Francisco en el Monasterio de Ntra. Sra. de la Salceda. Murió en el año 1638.

FRAY TOMAS DE PEROGORDO. Nacido y bautizado en Chinchón el día 14 de noviembre de 1653, profesó como lego en el Convento de los frailes franciscanos de Santa María de Jesús de Alcalá de Henares, ejerciendo como limosnero toda su vida. Fue conocido como el “Santo Lego de Alcalá”. Escribió un librito piadoso que tituló “Protestación de la Fe” y en los últimos años de su vida se dedicó a formar a los nuevos novicios del convento. Murió el día 9 de enero de 1720.

FRAY DIEGO RUIZ. Fraile lego en el Convento de San Diego de Alcalá, donde coincidió con su paisano Fray Tomás de Perogordo. Tomó los hábitos franciscanos el 28 de octubre de 1698, siendo considerado como varón santo, al que se le atribuyeron varios milagros. Murió el 13 de septiembre de 1744,

JOSE DE PLATAS. Obispo Titular de la Orden de Santiago en el año 1740.

JOSE PAEZ. Electo obispo de Manila, renunció al arzobispado siendo cura de Móstoles.

FRANCISCO DE LA FUENTE. Canónigo de la Santa Iglesia de Toledo.

FRANCISCO DE APARICIO. De la Orden de Santiago, Inquisidor en Cuenca.

ANDRES DIEZ DEL PORTAL. De la Orden de Santiago, Catedrático de Derecho de la Universidad de Salamanca.

JUAN RUIZ DE HEREDIA. Canónigo de Tuy.

FRAY FRANCISCO FREYRE. Predicador del Rey.

TOMAS ALVAREZ GATO y ANTONIO ALVAREZ GATO.
Nacieron en Chinchón en el último tercio del siglo XVII. Son dos hermanos que ambos fueron curas de Chinchón.

En el año 1716, el cura natural de esta villa, don Antonio Álvarez Gato, costeó una nueva imagen del patrón de Chinchón San Roque. Esta imagen estuvo depositada en una iglesia de Madrid desde su terminación hasta mediados del mes de julio, causando la admiración de los fieles que la contemplaban.

En el año 1720 don Tomás Álvarez Gato, cura párroco de Chinchón y hermano de don Antonio, legó en su testamento todos sus bienes, para que con su venta se dieran cien ducados a tres personas pobres de su familia y el resto para vestir pobres.

Muchos años después, en el año 1813, los patronos de la Fundación de don Tomás Álvarez Gato, cura párroco de Chinchón, decidieron, con las rentas del capital existente, sufragar los gastos de una escuela para enseñar a veinticinco niños.

LEÓN MONTERO FRUTOS. Nacido en Chinchón. En el año 1924 se construyó un nuevo retablo en la Iglesia parroquial, que es el que ha llegado hasta nuestros días. Fue costeado por suscripción popular a iniciativa del capellán don León Montero Frutos.
EMILIANO MONTERO Y RUIZ. Ordenado sacerdote en 1911. Canónigo, Delegado episcopal y e Gobernador eclesiástico de la Diócesis de Barbastro. Fue predicador del Rey Alfonso XIII. Se le concedió el “Ajo de Oro” de la Asociación de Amigos de Chinchón y tiene una calle dedicada a su nombre en Chinchón.
ANTONIO ONTALVA MANQUILLO. Nació en Chinchón el 13 de Junio del 1906, de familia humilde y campesina. Fue un niño callado, inteligente y amable. Cuando venía los veranos del Seminario en las vacaciones, ayudaba en lo en lo posible a muchos niños y adolescentes que acudían a su casa para repasar y en algunos casos ampliar lo que habían estudiado durante el curso. Por ello era querido y obsequiado con donativos, con los que ayudaba económicamente al sostenimiento del hogar familiar.


El treinta de Mayo de 1931 es ordenado sacerdote. Su primer destino fue Horcajo de la Sierra y después Valdaracete, dónde le sorprende la Guerra Civil. El Comité del pueblo le comunica que no le autorizan a ejercer su ministerio, entonces de común acuerdo deciden que donde mejor acomodado y más seguro puede estar es su pueblo con sus padres. Y los mismos miembros del Comité le trasladan a Chinchón.

En Chinchón acuerdan llevarles a los tres a Madrid, donde nunca llegaron. A medio camino fueron asesinados. Su madre, Sales Manquillo fue la única mujer mártir de la guerra en Chinchón. El martirio se consuma el 27 de Agosto de 1936 en el Alto, término municipal de Morata de Tajuña.

ISIDORO PEREZ MONTERO. Ordenado Sacerdote en 1954. Deán-Abad del Cabildo de la Catedral de Alcalá de Henares. Fue párroco de Fresnedillas de la Oliva.
DOMINGO VEGA GAITAN. Ordenado Sacerdote en 1958.

MANUEL SARDINERO DE DIEGO. Ordenado Sacerdote en 1958. Inició su labor pastoral en el Berrueco, pasando después por Moratalaz, Ciudad Pegaso, San Pedro de Carabanchel. Actualmente es el párroco de San Ricardo de Argüelles en Madrid.
 JOSE MEDINA PINTADO. Ordenado Sacerdote en 1960.  Nació en Chinchón en el año 1935. Ha desempeñado la mayoría de su acción pastoral como Párroco del pueblo de Somosierra, donde desarrolló una importante labor con los camioneros que transitaban por la carretera nacional I. Es conocido como el “cura de los camioneros”. Ha ejercido su labor pastoral en Pinto, Moratalaz, actualmente ejerce como Delegado diocesano de la Pastoral de la Carretera.


Ha sido distinguido por el Presidente de Polonia con la Cruz Oficial al mérito de la República de Polonia por la difusión de la participación de los polacos en la Batalla de Somosierra.

Este año celebra sus bodas de oro en este acto organizado como homenaje a todos los sacerdotes nacidos en Chinchón, y a los sacerdotes que desarrollaron su labor pastoral en esta Parroquia.

 JOSE JUAN LOZANO CARRASCO. Ordenado Sacerdote en 1993. Fue ordenado sacerdote en Sevilla por S.S. Juan Pablo II el día 12 de Junio de 1993.

Ha desempeñado su labor pastoral en Ciempozuelos, Cadalso de los Vidrios y actualmente está gestionando la construcción de una nueva parroquia en Alcorcón.
Es el último de los curas nacido en Chinchón.



El Eremita.
Relator independiente.

lunes, 23 de octubre de 2017

SEMBLANZAS DE CHINCHÓN. LIX. FRAY TOMAS DE PEROGORDO...


59.- Fray Tomás de Perogordo y otros ilustres hijos de Chinchón. (Pesonajes)

“La gloria, honra y esplendor de las Ciudades y poblaciones no se deben medir por lo magnífico de sus edificios, por lo inexpugnable de sus muros, por lo incontrastable de sus fuertes; debe nivelarse por las virtudes de sus vecinos. La ilustre villa de Chinchón, puede colocar sobres sus escudos lustrosos preciosos laureles, habiendo tenido tantos hijos, bien famosos en nuestra provincia castellana, y no menos que todos, los esclarecidos, venerables padres, Fray Thomás de Perogordo y Fray Diego Ruiz; ambos respiraron los primeros alientos en la referida Villa.”

Esta frase la escribió Fray Diego Álvarez, Predicador General de la Esclarecida Provincia de Castilla de la Regular Observancia de Nuestro Padre San Francisco, y Sacristán Mayor del Convento de Santa María de Jesús (vulgo San Diego de Alcalá) Primado Monasterio de esta Ilustrísima Ciudad de Alcalá de Henares.

He transcrito lo anterior para dar a conocer a otro ilustre paisano de Chinchón, Fray Tomás de Perogordo, del que ya teníamos noticia por el libro de don Narciso del Nero. Ahora también conocemos algunos datos más de su historia por un descendiente suyo, Ángel Luis Jiménez Conesa, que me facilitó varias fotocopias de dos libros en los que se recogen la vida y milagros (nunca mejor dicho) de este paisano nuestro que nació en Chinchón, el 14 de noviembre de 1653, que ingresó en el Convento de Santa María de Jesús de Alcalá de Henares, donde hizo profesión solemne para el Seráfico Instituto para religioso lego el día 26 de octubre de 1677.

Allí ejerció como limosnero, llevando una vida de entrega a sus hermanos y de extrema penitencia, escribiendo, incluso, un librito titulado “Protestación de la Fe” para ayudar a los ignorantes en el ejercicio de las virtudes Teologales. Se le atribuyeron varios milagros y los últimos años de su vida los consagró a la enseñanza de los jóvenes novicios. Aunque no era de amplia cultura, era aficionado a la poesía. Murió a las once de la noche del día 9 de enero de 1720, “contando su edad sesenta y siete años no cumplidos”.

El Ayuntamiento de Chinchón dedicó hace unos años, una calle a este ilustre paisano nuestro Fray Tomás de Perogordo.


Además de los dos frailes mencionados, alude también a Fray Juan de Quintarnaya, también natural de la vida de Chinchón, que profesó en el mismo Convento de Alcalá de Henares.
San Diego de Alcalá que se venera en la Iglesia del Monasterio de las Madres Clarisas de Chinchón.



Los dos libros, a los que he hecho mención son:

“Memorial Ilustre de los Famosos hijos del Real, Grave y Religioso Convento de Santa María de Jesús (Vulgo San Diego de Alcalá) Primado Monasterio de esta Ilustrísima Ciudad, Paladín Seráphico, que produxo tantos varones sabios, cuyas brillantes luces, en cuna, virtudes y letras hicieron gloriosa su fundación, que hizo el Ilmo Señor D. Alonso Carrillo de Acuña, Arzobispo de Toledo, primado de las Españas y Canciller Mayor de Castilla.
Escrivele Dr. Diego Álvarez, Predicador General de la esclarecida Provincia de Castilla de la Regular Observancia de N.P.S. Francisco y Sacristán Mayor de dicho Convento.
Le consagra a la Hermosísima Aurora del Mejor Sol Santa María Jesús, por mano de don Vicente Julián Bentura de Alfaro cavallero del Hábito de Santiago, Ayuda de Cámara de su Magestad y Sindico de este Convento.
Con licencia: en Alcalá, en la imprenta de doña María García Briones, impresora de la Universidad. Año 1753.”

El otro libro es:
“Chronica Seraphica, dedicada a N. Rmo. P. Fray Juan de Soto, Comisario General de toda la Orden de N.P.S. Francisco en esta Familia Cismontana y de las Indicas & c.
Escrita por el R.P. Fr. Eusebio González de Torres, Ex-Lector de Sagrada Theologia, Padre de la Santa Provincia de Castilla de la Regular Observancia de N.P. S. Francisco y Chronica General de su orden. Sexta parte. Año 1725".



El Eremita.
Relator independiente.

domingo, 22 de octubre de 2017

SENTIMIENTOS Y RAZONES.



Los humanos solemos movernos más por sentimientos que por razones. El sentimiento paternal hace que seamos capaces de perdonar a nuestros hijos cualquier desmán que la razón desaconsejaría. El sentimiento religioso hace que una persona pueda llegar a aceptar el martirio, incluso con alegría. El sentimiento futbolístico puede hacer que uno sea del Atleti, del Barsa, del Madrid o hasta del Betis "manque pierda".
Y los lideres sociales, religiosos o deportivos lo saben y no dudan en recurrir a esos sentimientos para convencer a sus seguidores cuando las razones no encuentran los argumentos necesarios.
El nacionalismo es un anacronismo en la globalizada situación actual. Cuando se intentan suprimir las fronteras económicas, arancelarias y sociales y crear entes supranacionales y acuerdos que acerquen a las personas, pensar en poner puertas al pequeño campo de nuestras particularidades, parece un destino que solo se puede sustentar en sentimientos atávicos, que ni la historia ni la realidad son capaces de argumentar.
Pero hay que decir inmediatamente que estos sentimientos no se pueden rebatir con otros sentimientos contrarios. Sería demencial intentar que se pusiesen de acuerdo un ultrasur con otro del frente atlético, o un yihadista islamico con un guerrillero de Cristo Rey. Casi tan difícil como que Junqueras y Rafael Hernando puedan llegar al consenso, teniendo en cuenta las manifestaciones de uno y otro en las que utilizan los sentimientos en vez de las razones para argumentar su premisas. 
Sería aconsejable un poco más de sensatez y raciocinio a la hora de afrontar problemas que se ha hecho amenazantes al fundamentarse en sentimientos de pertenencia e identidad, que un planteamiento racional dejarían sin contenido. 
Desgraciadamente contra esos sentimientos nacionalistas, por una y otra parte, solo se entienden los razonamientos económicos, que parece ser lo único que ha detenido ese proceso demencial que solo se sustenta en los sentimientos que unos pocos han logrado inculcar en unas minorías, que desgraciadamente están creciendo exponencialmente, al intentar contrarrestarlos con mayores sentimientos y con amenazas legales, cuando ya se sabe que por seguir sus sentimientos  uno es capaz de llegar al martirio, si llega el caso.
Solo entenderemos que se está superando esta cuestión, cuando en el Nou Camp se reciba al Madrid con aplausos y se deje de pitar a Pique en el Bernabéu.