sábado, 21 de octubre de 2017

SEMBLANZAS DE CHINCHÓN. LVIII. LA LAGUNA DE SAN JUAN


Vista panorámica de la Laguna de San Juan.

58.- La Laguna de San Juan. (Afueras)

A lo largo del río Tajuña, en su cauce ancho y plano en el tramo bajo del río se distribuyen varias lagunas. Uno de los rasgos que más caracteriza a estas lagunas es la estacionalidad de sus aguas, con caudales máximos en la época invernal y mínimos en los meses de agosto y septiembre. Tienen una masa de agua de poca profundidad y extensión, estando sus márgenes rodeadas de un amplio cinturón de carrizo.

Tradicionalmente se ha aceptado la existencia de cuatro lagunas: San Juan, Casasola, San Galindo y Dehesa de Villaverde, pudiéndose ampliar la relación a una quinta denominada Dehesa de Bayona.

La laguna de Casasola es un carrizal que rodea una diminuta cubeta de agua dulce de carácter temporal, con una profundidad máxima de un metro. Se halla en la margen izquierda del Tajuña. El camino de acceso a la laguna comunica la carretera comarcal 404, con el camino vecinal que va de Chinchón a la comarcal de Morata de Tajuña a Titulcia. 

La laguna de San Galindo, se sitúa en la margen derecha del río Tajuña y consta de una lámina de agua, de contorno redondeado, posiblemente conseguido de una forma artificial. A pesar de su reducida superficie, poco más de media hectárea, en sus aguas se ven ánades con frecuencia. El camino de acceso a la laguna comunica la carretera comarcal de Morata de Tajuña a Titulcia, con Chinchón. 

En la margen izquierda del Tajuña, se halla el Carrizal de la Dehesa de Villaverde. Apenas existe lámina de agua que se encuentre desprovista de carrizo. El camino de acceso a la laguna comunica la comarcal 300 con los campos de labor de los alrededores. 

El de la Dehesa de Bayona, es un pequeño carrizal, cuyo interés es puramente testimonial. 


Carrizales de la Laguna de San Juan, en invierno.


La de San Juan es la mayor de las cinco lagunas. Su profundidad oscila entre 70 centímetros y 2 metros, dándose la mayor profundidad en los canales. Tanto éstos como el escalón, son el resultado obtenido tras "excavar" los sedimentos del fondo de la laguna. Acoge un buen número de aves acuáticas y palustres. El camino de acceso a la laguna es de tierra y comunica la comarcal 404, con la carretera local que va de Titulcia a Villaconejos. 

El sistema de regadío en la vega del Tajuña ha ocasionado, desde antiguo, grandes problemas a los agricultores debido, principalmente, a la escasez de agua en las estaciones cálidas y al mal estado de las acequias que hasta la fecha son de tierra sin canalizar, lo que supone una gran pérdida de agua y un coste muy elevado en su limpieza y conservación.

Con fecha 6 de octubre de 2004, se aprobó una resolución de la Secretaría General de Prevención de la Contaminación y del Cambio Climático, sobre la evaluación de impacto ambiental del proyecto «Mejora de la red de riego de la Comunidad de Regantes de Chinchón mediante tubería a presión».

El proyecto, cuyo objeto es mejorar y optimizar el riego de 1.250 ha. pertenecientes a la Comunidad de Regantes de Chinchón, consiste en la sustitución de nueve caces de la red primaria, treinta y nueve caceras secundarias y cincuenta y nueva de la terciaria por tuberías de diámetros comprendidos entre 315 mm y 4.000 mm en una longitud de 92.050 m y entre 900 y 1.200 mm en una longitud de 4.000 m.

Para la realización del mismo, la Consejería de Medio Ambiente de la Comunidad Autónoma de Madrid,  había elaborado un informe, el 31 de marzo de 2004, en el que  establecía que la actuación no suponga un efecto perjudicial para la fauna que alberga el espacio protegido denominado «Refugio de Fauna Laguna de San Juan» así como las Zonas Húmedas «Laguna de Casasola» y «Laguna de San Galindo».

La Laguna de San Juan está situada en la margen izquierda del río Tajuña, y forma parte de un antiguo complejo palustre entre los ríos Jarama, Tajuña y Tajo. Ha sido recuperada y regenerada en el año 1987 y declarada Espacio Natural Protegido. Es un humedal de forma aproximadamente triangular, con una extensión de unas 5,2 hectáreas  y la profundidad de sus aguas tiene de uno a dos metros, en las zonas más profundas, y su fondo es bastante regular y está surcado por canales comunicados que hacen que exista una ligera corriente.

Sus aguas provienen de las escasas lluvias de invierno y primavera, la descarga de la capa freática, las aguas que le llegan de los taludes que la circundan y de los esporádicos desbordamientos del río Tajuña.
           
Tiene una total ausencia de árboles y su vegetación está dominada por carrizos, la anea o espadaña, con plantas trepadoras y algo más apartados de las orillas, lirios amarillos; abundando la caña, el junco y trébol blanco, con acederas, poleos y mentas que se mezclan con pastizales de gramíneas y plantas acuáticas como la ova o la hierba lagunera.

En cuanto a su fauna, nos encontramos con culebras viperinas, galápagos leprosos, gallipatos, tritones, ranas verdes y sapos. También la Laguna de San Juan es refugio de aves invernantes, como chocines, petirrojos, tarabillas y zorzales, y también como refugio de aves de paso, como grullas, andarríos, patos cuchara, garzas reales y cigüeñuelas. En ella también podemos encontrar nidos de abejarucos, cernícalos vulgares, collalbas negras, martines pescadores, carriceros, ruiseñores comunes y aguiluchos laguneros, habiendo algunos que son exclusivos de esta laguna como son zampullines, porrones y fochas comunes.

La Laguna de San Juan ha tenido varios propietarios.

La Laguna de San Juan había sido, hasta el año 1857,  propiedad del municipio de Chinchón y el Ayuntamiento subastaba el aprovechamiento de la misma. Existen dos expedientes en el Archivo Histórico en los que se especifica: “Subasta de la masiega, espadaña, junquillo y carrizo que producen las lagunas de San Juan, Dehesa Vieja y sus desaguadores, rematadas en los años que a continuación se expresan en las cantidades siguientes”.
La laguna de San Juan tiene una gran riqueza en fauna y flora.


                       
En el año 1856 es nombrado ministro de Hacienda Pascual Madoz, quien sólo permanece en el puesto durante seis meses, pero impulsa una ley desamortizadora que llevaría su nombre. Con esta ley se privatizan bienes propios municipales y entre los bienes afectados por esta ley, en Chinchón se encontraba la Laguna de San Juan.

El 21 de abril de 1881 se firmó una  Escritura de cesión otorgada por don Joaquín Carretero y Peral a favor de la Sociedad de Cosecheros ante don Valerio Villalobos López. Exponen: "Que en pública subasta en este Juzgado de Primera Instancia y en el del distrito del Barquillo de Madrid, escribanía de don Fulgencio Fernández, en once de agosto de mil ochocientos setenta y uno, en virtud de las leyes de desamortización quedó rematada en el último de dichos juzgados en favor del señor Carretero una finca perteneciente a los propios de esta villa comprendida en dichas leyes desamortizadoras, la cual según el anuncio inserto en el Boletín General de ventas de Bienes nacionales de doce de julio de dicho año, es el siguiente:

“Número cinco mil setecientos setenta y cinco del inventario: Un terreno inculto llamado Laguna de San Juan, sito al punto nombrado Vega de San Juan termino de esta villa, procedente de sus propios, de segunda clase de secano y riego inundado conteniendo bastantes aguas, carrizo pinguillo y masiega, su cabida doce fanegas equivalentes a cuatro hectáreas, diez áreas y ocho centiáreas.
Vista de la Laguna de San Juan en la Vega del Tajuña.


Que en la subasta celebrada en Madrid quedó rematada en favor del Señor Carretero como mejor postor en la suma de veintiséis mil once reales y al interesarse en dichas subasta lo hizo en nombre y por encargo de la mencionada Avecindad de Cosecheros y para ésta.”

Como acabamos de ver la “Avecindad de Cosecheros”, que no tenía personalidad jurídica para contratar, delega en D. Joaquín Carretero Peral para que en su nombre licite en la subasta del Juzgado y así adquiere la laguna por la suma de veintiséis mil once reales. Éste era un precio bajo y con su compra hicieron un buen negocio, además de evitar que este paraje privilegiado pasase a manos particulares.

Esta laguna además del valor ecológico, por lo que es valorada en la actualidad, en aquellos tiempos era fuente de riqueza, ya que en ella abundaban las plantas acuáticas, como cañizos, cañaverales, masiega, etc., además de ser un sitio privilegiado para la caza y la pesca.

La Sociedad de Cosecheros, como antes había hecho el Ayuntamiento, también arrendaba esta laguna. Tenemos constancia de un expediente completo de subasta a celebrar para el arrendamiento de la Laguna de San Juan del 1933 a 1937. El importe inicial de licitación para el arrendamiento era de  750 pesetas anuales.

Se especificaba que se podía utilizar para: Aprovechamiento de la masiega, junquilla y carrizo. Una de las condiciones era que el arrendatario debería dejar segar el carrizo necesario para la construcción de Cabañas o chozas para los guardas jurados municipales.

En la actualidad es un atractivo más para todos los amantes de la naturaleza, siendo visitada por gran cantidad de personas que, en excursiones organizadas o de forma individual puede disfrutar de este ecosistema privilegiado.
Instalaciones en la entrada de la Laguna de San Juan, para información a los visitantes.

En los alrededores también se puede admirar una gran sima que está sobre los cerros cercanos a la laguna. Aunque hay que subir una empinada cuesta, merece la pena subir hasta allí para admirar toda la vega del Tajuña que se divisa desde Morata hasta Bayona de Titulcia. También en los montes cercanos se puede ver una pequeña puerta de piedra encaramada en los escarpados riscos, que es la entrada a lo que llaman la “Cueva de la Mora”. (No confundir con la Cueva de la Mora de Titulcia) Aunque desde allí se puede admirar mejor el paisaje de la vega, no es recomendable subir por el peligro que supone para los no habituados al deporte del alpinismo.
Vista panorámica de la Vega del Tajuña.



El Eremita.
Relator independiente.

jueves, 19 de octubre de 2017

SEMBLANZAS DE CHINCHÓN. LVII. LA VEGA DE SAN GALINDO.


Aspecto de la vega desde el río Tajuña. En el horizonte, el Castillo de Casasola.

57.- La vega de San Galindo. (Afueras)

Pascual Madoz, en su libro “Madrid: Audiencia, Provincia, Intendencia, Vicaría, Partido y Villa” editado en Madrid en el año  1848, nos informa que existía una ermita llamada de San Galindo, que fue en lo anterior monasterio de monjas y población; otro castillo fortaleza titulado Casasola, que da título al marquesado del mismo nombre.

 “En la Vega del Tajuña había cinco despoblados, que en lo anterior componían otras tantas poblaciones llamadas Heza, Villaverde, Monasterio, Casasola y San Juan. De la primera existen las ruinas de un torreón y escombros de su población, la que se trasladó e incorporó a esta de Chinchón por los años de 1700 a 1706, y en este archivo obra su acuerdo del día en que se verificó la incorporación.

El poblado de Villaverde fue más antigua su destrucción, pues sólo hay memoria de una ermita que tuvo título de Nuestra Señora de Villaverde; el de Monasterio aparece también muy antiguo, habiendo sólo noticias de que el monasterio de monjas se trasladó a la ciudad de Toledo, donde con el nombre de Concepción Franciscas, las que han conservado, hasta su extinción, el derecho de percibir los diezmos de aquel despoblado en donde existe la referida ermita de San Galindo, y próximo a ésta, en eminente cerro, las ruinas de un castillo que tuvo el nombre de Valderradela; el de Casasola, sólo conserva el castillo de su nombre.

En la población de San Juan, solo quedaban, (en el año 1848), los cimientos de una ermita, los vestigios de su población en el sitio llamado el campanario y 10 corrales para ganado lanar con sus cuevas y casas.

Atraviesa la vega el río Tajuña que pasa a 1 legua de la villa, marchando entre N., E, y S., y lleva bastante agua desde noviembre a mayo, es muy frecuente el desbordarse y causa bastante daño lo más del tiempo, y también se advierte en la vega falta de riego: tiene 4 puentes denominados puentes de Heza, de San Galindo, de Casasola y Molincaído, los 3 primeros de madera y mezquina construcción, pero el último bueno, construido en el año 1840 sobre la fábrica de piedra sillería en que están los dos ojos que sirven de presa para dar agua a los cauces que riegan el trozo de la vega titulado San Juan; sobre dichos ojos están los dos arcos rebajados de bóvedas de piedra de Colmenar; todos los reparos se costean del común, en el referido trozo de la Vega de Villaverde y sobre su caz hay 4 molinos harineros de dominio particular; el uno de 3 piedras y los 3 de a dos”
Puente de San Galindo sobre el río Tajuña.


También cruzan la vega seis arroyos y barrancos llamados Valdesorente, Valdemolinos, Valdelaspozas, Valle, Valtaraoso y Calabas.

Por otra parte, Paulino Álvarez-Laviada en su “Chinchón histórico y diplomático”,  publicado en el año 1931, nos dice que en la vega del Tajuña existían varios asentamientos, conocidos como los lugares de Eza, Villaverde, el Monasterio, que llaman San Galindo y San Juan. No se sabe a ciencia cierta hasta que año fueron habitados, pero se conoce que en el año 1462 aún lo estaban los de Eza y Villaverde.

            De todos estos asentamientos, tan sólo quedan vestigios, en la actualidad, del sitio de San Galindo, en donde aún existen las ruinas de lo que fue una ermita.

Está totalmente abandonada y se ha construido una casa particular adosada a sus muros. 
 La ermita de San Galindo.
El puente de San Galindo construido por la Sociedad de Cosecheros en el año 1864.


Cerca de esta ermita, hay un puente sobre el río Tajuña que ha sido restaurado recientemente y que fue construido en el año 1864 por la Sociedad de Cosecheros de Vino, Vinagre y Aguardiente de Chinchón.




 Plano del término municipal de Chinchón con la vega y el río Tajuña, en el que se pueden ver los asentamientos que existieron a lo largo del río.





El Eremita.
Relator independiente.

martes, 17 de octubre de 2017

SEMBLANZAS DE CHINCHÓN. LVI. EL CASTILLO DE CASASOLA.


56.- El Castillo de Casasola. (Monumentos)

El castillo de Casasola se encuentra en el término municipal de Chinchón, sobre un promontorio rocoso a orillas del río Tajuña.

Para llegar a él hay que tomar la M- 404, desde Titulcia hacia Chinchón, y pasado el puente sobre el río Tajuña, tomar una pista de tierra hacia la izquierda, justo antes de comenzar a subir desde el valle.

Es un castillo montano, es decir, que se levanta al final de una meseta, dominando desde allí el terreno que se encuentra a sus pies. De marcada disposición defensiva y construido de mampostería irregular, consta de una planta triangular con dos torreones circulares en los vértices de su fachada.

Existe un documento fechado de 15 de junio de 1449, que dirige el entonces Príncipe de Asturias y que después sería Enrique IV, a la Ciudad de Segovia, en el que hace mención a las reclamaciones efectuadas por los habitantes de Chinchón, contra Juan Contreras "el Viejo", por haber acotado el sitio de Casasola, porque lo había hecho término redondo sin guardar las ordenanzas de la Ciudad de Segovia, y porque había levantado una fortaleza. En este documento se reconoce que Juan Contreras había comprado los terrenos limítrofes y los había cercado para impedir que pastasen los ganados en sus tierras.

Por lo tanto se puede datar la construcción de este castillo alrededor de este año de 1449, y parece que la finalidad era la defensa de sus propiedades. Juan Contreras, antiguo caballero quiñonero, era hijo de Juan González de Contreras, Regidor de la Ciudad de Segovia.

El castillo, desde donde se puede contemplar una espléndida panorámica de toda la Vega del Tajuña, se encuentra bastante deteriorado, a pesar de los esfuerzos de los actuales propietarios para conservarle.


No obstante, aún se pueden contemplar los torreones que parecen una prolongación de las formaciones rocosas que los sustentan, y su puente de entrada sobre el que se ha colocado un escudo de piedra, moderno, con lo que pueden ser las armas de los "Contreras.
Pero estas viejas piedras, ya tan desgastadas por el tiempo, también nos van a contar una historia de luchas y venganzas, aunque la misma pueda quedar algo desdibujada y teñida de leyenda.

En el año 1464 era vecino de Chinchón Vasco de Contreras, hijo del fundador del castillo. Un personaje polémico sobre el que hay controvertidas opiniones.
Diego de Colmenares, cronista de la Ciudad de Segovia, al que ya hemos hecho mención, le califica de "ilustre ciudadano" y fiel súbdito de su rey, por el que es capaz de luchar y poner a su disposición todas sus fuerzas.

Por otro lado, Alfonso de Palencia, no duda en llamarle bandido y acusarle de ladrón.

Estamos en los años en que había una pugna por conseguir el trono de Castilla. Isabel, apoyada por importantes personajes de la nobleza, sobre todo por el Arzobispo de Toledo, Alonso de Carrillo de albornoz, pretende ser nombrada sucesora en detrimento de su sobrina Juana.

Enrique IV, posiblemente en represalia por lo acontecido seis años antes en la llamada "farsa de Ávila" en junio de 1465, ordena a su fiel vasallo Vasco de Contreras, vecino de Chinchón, que tome la fortaleza de Perales de Tajuña, al mismo tiempo que ordena a Cristóbal Bermúdez que se haga con la de Canales, ambas propiedad del prelado toledano.
Ambos cumplen con su cometido y, a principios del año 1471, se dirige el Arzobispo a Perales con 300 lanzas y 200 peones para sitiar el castillo.
Viendo que no dispone de fuerzas suficiente, pide ayuda don Rodrigo de Mendoza, hijo del Marqués de Santillana, quien acude también desde Guadalajara con 30 lanzas en auxilio del Arzobispo. Las fuerzas del Arzobispo y del Marqués representaban un total de más de 1500 hombres y no pudieron doblegar a de Vasco de Contreras, que se hizo fuerte en la castillo conquistado, lo que demuestra que éste disponía de un gran potencial bélico, que puso a disposición de su rey Enrique IV.

Cuando Isabel I ya es reina de Castilla, en el año 1479, sin duda a petición del Arzobispo de Toledo, ordena a los Diputados de la Hermandad de los Reinos de Castilla y León que dicten orden de detención y embargo de los bienes de Vasco de Contreras.

La administración del castillo fue encomendada a Pedrarías Dávila, conde de Puñoenrostro, cuyo hijo lo compró en el año 1523. En el año 1648 se creó el marquesado de Casasola a favor de los Dávila.
El Castillo de Casasola, fue utilizado, a finales del siglo XIX, como alojamiento
secreto de políticos y militares para conseguir la proclamación de Alfonso XII.

En la actualidad es propiedad de la Familia Clemente, que ha hecho una importante repoblación forestal en la zona, manteniendo la edificación para usos particulares.


El Eremita.
Relator Independiente.

domingo, 15 de octubre de 2017

SEMBLANZAS DE CHINCHÓN. LV. EL BOLICHE DE SANTIAGO.


El boliche de Santiago en el Ventorro, a la entrada de Chinchón.
Era un mojón de caminos colocado en el año 1722.


55.- El Boliche de Santiago. (Monumentos)


Nunca Chinchón estuvo bien comunicado con el exterior; aún hoy nuestra carretera que viene desde Madrid tiene fama de complicada y con muchas curvas. En el primer tercio del siglo XVIII la situación debía ser mucho peor, como en el resto de España.


Carlos III, siguiendo los dictados que propugnaba la Ilustración da órdenes para dotar al país de una infraestructura viaria que fuese el punto de partida del progreso, y así se comienza la construcción de una red radial de caminos con el centro de Madrid, que cubriera toda la geografía española. Sucesivas disposiciones fueron completando el decreto anterior, concediendo prioridades y dictando normas sobre la circulación de carruajes por las carreteras.
Mapa del Condado de Chinchón en el año 1733

En el mapa de comunicaciones de Tomás López del año 1773, podemos ver que ya estaba finalizado el camino real hasta Aranjuez. Este era el camino que se utilizaba para venir a Chinchón. Desde Pinto partía en diagonal un camino que pasaba por Ciempozuelos, seguía Bayona (Titulcia) y llegaba a Chinchón. En el archivo Municipal de Chinchón se conserva una resolución del Supremo consejo, fechada en 1771, sobre las obras de reparación y mejoras del puente del Molincaido, que dificultaban la comunicación con Bayona y, consiguientemente, con la Corte.

Otro camino discurría junto al río Manzanares hasta Perales del río desviándose ligeramente hacia San Martín de la Vega donde finalizaba. Cuando se fueron ejecutando las indicaciones previstas en el plan radial de carreteras, este camino a San Martín fue ensanchado, reparado y se prolongó su trazado siguiendo un antiguo camino de carros y caballerías que vadeaba el río Jarama, por el sitio conocido como “El vado de la Gitana”, o se cruzaba con una barcaza, para subir a Valderromeroso, Casasola del Monte, las Jaras y descender a la Vega del Tajuña, atravesando ésta junto a la laguna y ermita de San Galindo; luego cruzaba el río por el puente de palos dejando a la izquierda, en lo alto del Salitral, las ruinas de Valderradela, para subir las cuestas hacia Chinchón.

Otro tercer camino salía de Madrid hacia el sureste, pasaba por Vallecas, Vaciamadrid, Arganda y Perales de Tajuña en dirección a Valencia.

Con este camino, cuando fue construido el Puente de Arganda sobre el río Jarama, se unió el nuevo camino costeado por la villa de Chinchón, según se detallaba en  sesión de 22 de marzo de 1843 de "haberse concedido a esta villa el arbitrio de medir los líquidos, para con su importe hacer un camino al puente nuevo de Arganda, cubiertos que sean los salarios de médico y cirujano".
           
Al trazado de estos caminos y de la existencia de esta barcaza, hace mención el último de nuestros testigos pétreos.

En el sitio que llaman del “Ventorro”, a la entrada (o salida) de Chinchón, está colocado un gran mojón de piedra de base cuadrada, terminado en pirámide, en el que hay grabado la siguiente leyenda:

AÑO 1722
REINANDO CARLOS III SE HICIERON ESTOS CAMINOS
CON DIFERENTES ARBITRIOS ASEGURANDO LA
RENTA DE CARROS Y POR ORDEN DE S.M.
SE PUSO LA BARCA EN EL JARAMA
QUEDANDO SU PRODUCTO PARA LA CONSERVACION
DE ESTE CAMINO REAL.
Detalle de la inscripción del Boliche de Santiago, colocado en el reinado de Carlos III.




El Eremita
Relator independiente.