sábado, 12 de agosto de 2017

SEMBLANZAS DE CHINCHÓN. XXIII. LA CASA DE LA CADENA

23.- La Casa de la Cadena. (Monumentos)

En la confluencia de la calle Zurita y la calle del Convento, está la casa de la cadena. En su puerta, dos postes de piedra, coronados por grandes bolas sostienen una gruesa cadena que impide el paso frontal a la casa. La colocación de estas cadenas se concedía en recuerdo de que en ese lugar había estado un rey.

Efectivamente, el día 25 de febrero de 1706, en plena guerra de Sucesión, llega a Chinchón Felipe V, procedente de Ocaña, acompañado por una pequeña corte, llevando como secretario a don José de Grimaldo. Deciden pernoctar aquí y es alojado en la casa del licenciado don Antonio Díaz Freire, padre de Manuel Díaz, que fue Consejero de Indias, que estaba junto al Convento de los Padres Agustinos.


Cuando llegan a las cercanías de Chinchón, deciden pernoctar en esta casa, sin duda invitados por su propietario. Para que el rey aceptase, se tuvieron que dar, al menos, dos circunstancias. Primero, una total confianza en el anfitrión, que posiblemente pertenecería a alguna organización u orden militar, y que ostentaba el cargo de consejero de Indias; y segundo, que se le garantizase plenamente su seguridad. Esto último era relativamente fácil, ya que toda la casa podía ser rodeada por soldados, al formar una manzana completa.
Como después veremos, en el escudo que hay sobre la puerta, en vez de blasones que indiquen una familia o dinastía, hay una leyenda, lo que era frecuente en las órdenes militares. La invocación a Jesús y María y el emblema de la cruz, también podrían indicar el carácter religioso que tenían las órdenes militares. La casa de la cadena, como es conocida desde entonces, es de estilo barroco, de tres plantas, las dos primeras de mampostería de piedra y la tercera de ladrillo. Posee un hermoso patio adintelado con columnas toscanas en la planta baja y un corredor en la primera planta con pies derechos de madera y barandilla de hierro. En la actualidad presenta un estado casi ruinoso.
La puerta principal tiene jambas y dintel de piedra en cuyo frontal existe un escudo redondo, bien conservado, en el que una mano sujeta una cruz, y tiene la siguiente inscripción:

JHS-MARIA
ABRAÇANDOME CON
ESTA ME LIBRO DIOS
DE LA ENBIDIA

Hay que resaltar las grandes ventanas de las plantas baja y primera que tienen una rejería de hierro forjado de gran belleza. Las nueve ventanas de la tercera planta no tienen reja y están cerradas por contraventanas de madera.
En el año 2010, el Ayuntamiento de Chinchón compró la Casa de la Cadena, que había pertenecido a los descendientes de aquellos propietarios hasta que la compró la Fundación Arauco, que ahora la ha vendido al Ayuntamiento de Chinchón.
Por su ubicación y por su valor histórico es bueno que el Ayuntamiento haya hecho un esfuerzo para que este monumento sea de propiedad municipal.

Ahora es el momento de darle una finalidad acorde con su importancia y dotar al pueblo de una infraestructura cultural y turística que ayude a su promoción y al disfrute de los chinchonenses y visitantes.

Sería el lugar adecuado para la instalación de un museo de arte y unas salas de exposiciones que traigan hasta Chinchón las obras de artistas en las diversas manifestaciones artísticas.

En el año 2015, D. José Luis Armendáriz, presentó el trabajo "LA CASA DE LA CADENA (Historia de un viaje)" en el IV CONCURSO DE INVESTIGACIÓN SOBRE CHINCHÓN Y SU COMARCA, y que fue galardonado con la MENCIÓN DE HONOR.

El trabajo narra el viaje que realizó el Rey Felipe V, camino de Barcelona, cuando pernoctó en Chinchón la noche del 25 al 26 de Febrero de 1706.

Además ofrece una serie de anécdotas y curiosidades relacionadas con los propietarios y personas que habitaron esta casa emblemática de Chinchón.
Como ya conocemos, el joven monarca, llegó a Madrid el 18 de febrero de 1701, prestando juramento como Rey ante las Cortes castellanas. El pueblo madrileño, hastiado del largo y agónico reinado de Carlos II lo recibió con una alegría delirante y con esperanzas de renovación.

Por lo tanto, cuando Felipe V llega a Chinchón en el año 1706 y pernocta en la Casa de la Cadena, ya había sido proclamado Rey de España varios años antes.

Felipe V es “ACLAMADO” como Rey en la Plaza de Chinchón, dando a entender los chinchonenses que no reconocían la proclamación del Carlos de Habsburgo, segundo hijo del emperador Leopoldo I, como rey de España que tuvo lugar en el año 1703 en Viena, cuando sólo contaba con 18 años.

A partir de entonces el pueblo de Chinchón se alineó con Felipe V, llegando incluso a negarse a entregar el trigo que reclamaba el propio corregidor don Antonio González de la Cava para los aliados, a pesar del riesgo que suponía para el pueblo al estar cerca el ejército enemigo. Efectivamente, el 11 de agosto de 1706 acampó el ejército del Archiduque, al mando del Marqués de las Minas, entre los ríos Tajo y Jarama, en el término de Chinchón, donde ocasionó grandes daños, tanto para abastecer las necesidades de un ejército numeroso, como por considerar que se encontraban en territorio enemigo.

Considero que es de rigor aclarar este detalle puesto que en numerosas publicaciones que aparecen en Internet, se habla de “proclamación”, lo que evidentemente suponer un error de bulto, cuando se debe decir “aclamación”.

Según se recoge en la resolución de 14 de enero de 2011, de la Secretaría General de Turismo y Comercio Interior, por la que se publica el Convenio de colaboración con la Comunidad de Madrid, el Ayuntamiento de Chinchón, y la Agrupación Hostelera  y de la Industria Turística de Chinchón, para el desarrollo del Plan de Competitividad Turística de Chinchón, en su apartado 1.7.1, están previstas las Instalaciones y Equipamiento de la «Casa de la Cadena» con una inversión en instalaciones y equipamiento, posterior a la rehabilitación (2010-2011) del edificio barroco de finales del S. XVII, propiedad del Ayuntamiento de Chinchón, para dotarlo de un uso turístico-cultural que incluirá salas exposiciones, salón conferencias, centro recepción visitantes, espacios interpretativos vinculados a personajes ilustres de Chinchón y patio central para usos turístico, con un presupuesto de inversión de 100.000,00 en el año 2012 y 609.000,00 en el año 2013, con una inversión total de 709.000,00 Euros.



El Eremita.
Relator independiente.

jueves, 10 de agosto de 2017

SEMBLANZAS DE CHINCHÓN. XXII. ENRIQUE SEGOVIA ROCABERTI.

El día 5 de septiembre de 2014 la Asociación de Amigos de la Biblioteca y del Archivo Histórico de Chinchón, colocó una placa conmemorativa en la casa natal (Número 28 de la calle Grande de Chinchón)  del escritor y periodista ENRIQUE SEGOVIA ROCABERTI, nacido en el año 1853.

22.- Enrique Segovia Rocaberti. (Personajes)

Fue un ardiente político, eminente poeta y autor dramático. Nació en Chinchón en el año 1853 y era hijo de don Nicolás, escribano de actuaciones del Juzgado. Hizo estudios de segunda enseñanza y empezó la carrera de leyes, pero la abandonó al cuarto año para dedicarse de lleno a la política y a la poesía.

Se afilió al partido republicano, escribió en el periódico El País muchos y notables artículos, siendo, sin embargo, la poesía dramática la que le proporcionó los mayores triunfos. Entre las muchas obras de este género que escribió, son las más notables: La Alondra y el Gorrión, Cortarse la Coleta, La boda de mi criada, Amnistía general y otras muchas.

Tenía una excelente colección de poesías, poemas y versos sueltos, siendo de especial mérito la descripción en verso de los cuadros de una exposición de pinturas de 1887, y La Guitarra.


La vida irregular y agitada de periodista, le acarreó una penosa enfermedad, de la que murió en Pinto el 18 de febrero de 1890, a la temprana edad de treinta y siete años. Fue coetáneo y colaborador de Leopoldo Alas "Clarín", Luis Taboada, José Ortega Munilla, Vital Aza, Sinesio Delgado, Miguel Ramos Carrión, Pedro Bofill, Eduardo de Palacio y José Estremera, en un libro, recientemente reeditado, en el que se recogen una serie de relatos cortos bajo el título de "Las Vírgenes Locas".
En el año 2013 la Asociación de Amigos de la Biblioteca y el Archivo Histórico de Chinchón inició la convocatoria de los premios literarios “Enrique Segovia Rocaberti”: En el año 2013 dedicado a la poesía; 2014, al teatro; en el año 2015, a los artículos de opinión,  y en el año 2016, a los epigramas.

En el año 2010  un descendiente suyo, José Luis Armendáriz Gómez, presentó al Concurso de Investigación sobre Chinchón y su entorno, un trabajo titulado: “Enrique Segovia Rocaberti y Sofía Romero: biografía de una pareja olvidada”, que obtuvo el Segundo premio. 
Y en el año 2014, otro trabajo titulado “Enrique Segovia Rocaberti: Antología poética y literaria” (retrato de una época), en la que recoge datos importantes de su vida y su obra;, y que fue galardonado con una mención especial.



El Eremita.
Relator independiente.

martes, 8 de agosto de 2017

SEMBLANZAS DE CHINCHÓN. XXI. LOS MARQUESES DE MOYA.


21.- Don Andrés de Cabrera y Doña Beatriz de Bobadilla: Marqueses de Moya y Primeros Señores de Chinchón. (Historia)

El reinado de Enrique IV se caracterizó por sus luchas con una parte de la nobleza castellana que había apostado por los derechos de su hermana la infanta Isabel. Estos nobles estaban encabezados por el arzobispo de Toledo, el Obispo de Segovia, el Conde de Benavente, y tenían un valioso colaborador: don Andrés de Cabrera, Alcaide del Alcázar de Segovia y hombre de confianza del propio Rey.

Don Andrés de Cabrera era hijo de Pedro López de Madrid o Xibaja y de doña María Alonso de Cabrera, nació en Cuenca en 1430, siendo bautizado en la parroquia de San Miguel. Sobre él pesó la sombra de su ascendencia judeo-conversa. Andrés y su hermano Pedro fueron introducidos en la corte por Juan Pacheco, marqués de Villena, que después sería su rival por el dominio de la ciudad de Segovia.

Fue Doncel del Príncipe don Enrique en 1451; al ser nombrado Rey, éste le nombró Camarero mayor en 1455, Mayordomo de la Casa Real, Consejero y Tesorero en 1462. Ingresa por aquellas fechas en la Orden de Santiago. En 1463 le conceden el "Señorío de Moya". Poco después, en 1465, es nombrado Tesorero de Segovia y Cuenca. En 1468 obtiene los cargos del Gobierno y Justicia de Segovia. En 1470 alcanza la Tenencia del Alcázar de Segovia y más tarde la Alcaldía por "juro de heredad".


La figura de don Andrés Cabrera, adquiere su verdadera magnitud como hombre de estado. Muñoz y Soliva le llamará Iris de la Paz de España. Fue una pieza clave en aquellos días cruciales para la historia de Castilla, y de España, en los que se estaba decidiendo la sucesión al trono. Entonces, según el citado historiador, supo demostrar no sólo su hombría de bien, sino su finísimo olfato de converso que, rodeado de enemigos, se abre camino en la selva nobiliaria, no accesible para personas que no tuviesen instinto de supervivencia. 
Recién llegado a la corte, Enríquez del Castillo, capellán de Enrique IV, dirá de él "...el qual aunque de poca edad en los días, era viejo en el seso e reposo: de quien el Rey se confiaba, e le daba parte de sus secretos...".En el año 1467 contrae matrimonio en Alcalá de Henares con doña Beatriz de Bobadilla que había nacido en Medina del Campo en 1440, diez años antes que la futura Reina Isabel. Era hija del alcalde del castillo de Arévalo y de Maqueda mosén Pedro Fernández de Bobadilla y de María Isabel González Maldonado, por tanto, de noble linaje. En dicho castillo, los infantes don Alfonso y doña Isabel pasaron parte de su infancia, fraguándose una duradera amistad a pesar de a diferencia de edad de diez años, Doña Isabel llamará a doña Beatriz "mi hija marquesa".

No cabe la menor duda que este matrimonio influyó decididamente en el ánimo del marqués a la hora de aconsejar a su Señor, y tuvo que navegar entre dos aguas turbulentas: mantener fidelidad a su Rey don Enrique y abanderar a doña Isabel, la benefactora y amiga de su esposa, por encima de la otra legítima heredera doña Juana. Demostró gran talento cortesano, cuando, solicitado por su rey en el momento crucial de la muerte del infante D. Alfonso, emitió su voto favorable a la designación de Isabel como heredera del Reino con lujo de argumentos, razones de estado, y un magnífico estilo literario sólo al alcance de personas de inteligencia superior.

Tuvo gran de protagonismo en los sucesos de Segovia en los años 1472 y 1473, la reconciliación de los hermanos Isabel y Enrique, y el golpe de estado que supuso la entronización de Isabel apenas unas horas después de la muerte del rey su hermano, acto solemnísimo del que tenemos cumplida referencia gracias al escribano Pedro García de la Torre, testigo de excepción, y cuya magnífica narración dice: "E luego los dichos corregidor e alcaldes e alguazil e oficiales e omes buenos en señal de reconoscimiento de señorío entregaron las varas de la justicia que en sus manos tenían a la dicha señora reyna e su alteza las tomo e las entrego al leal Andrés de Cabrera mayordomo del dicho señor rey don Enrique e de su consejo e justicia mayor de la dicha cibdad de Segouia que ay estaua presente para que las tenga o de a quien las tenga e use por su alteza el cual dicho mayordomo las rescibio de mano de la dicha señora reyna e las entrego a los dichos corregidor e alcaldes e alguazil que presentes estauan que primero las tenía para que las tengan en su lugar e por la dicha señora reyna. A la muerte del Rey Enrique IV, además de su hija Juana, aspiraba al trono de Castilla el Rey de Portugal, pero con la rápida intervención de Andrés de Cabrera, proclamando reina a Isabel y entregándole el tesoro del reino, facilita la victoria final de ésta sobre su oponente.

Narrados sucintamente, estos fueron los hechos que cambiaron el rumbo de España. Sin la decidida participación de los esposos Cabrera-Bobadilla, posiblemente no se hubiesen desarrollado así los acontecimientos que entronizaron a Isabel I de Castilla y Fernando de Aragón como los Reyes Católicos, por su apoyo incondicional durante todo el proceso de sucesión, y por la entrega del Alcázar de Segovia donde se guardaba el tesoro del reino, al ser proclamados reyes.

Y estos hechos son los que motivaron el agradecimiento de los monarcas a los marqueses de Moya, con los cuales tuvieron un comportamiento diferenciado con la política que llevaron a cabo con los demás nobles, aún con los que les habían apoyado.

Cuando se normaliza la vida política en los reinos, y los nuevos monarcas imponen su autoridad absolutista en sus dominios, deciden premiar a sus fieles colaboradores. Les conceden las tierras de Chinchón que segregan de la municipalidad de Segovia, y les nombran Señores de Chinchón. Los motivos están claros, pero surge una pregunta ¿por qué, precisamente, las tierras de Chinchón?

Pero eso ya es otro capítulo de la Historia de Chinchón, que se lo contaré otro día....

(Para ampliar la información pueden buscar "El romance de las tinajas quebradas" trabajo ganador del II Premio Histórico Antonio Pardo, del que es autora doña Sofía Esquivias.
 Chinchón: Piedras con Historia, del que es autor don Manuel Carrasco, que lo pueden conseguir en la Biblioteca de Chinchón, editado en CD.) 
y "Crónica de Chinchón" de Manuel Carrasco Moreno.



El Eremita.
Relator independiente.

domingo, 6 de agosto de 2017

SEMBLANZAS DE CHINCHÓN. XX. EL PRIMER CONDE DE CHINCHÓN.

20.- Fernando Cabrera Bobadilla, primer Conde de Chinchón y la Guerra de los Comuneros. (Historia)


El reinado de Juana “La Loca” y de su esposo Felipe “El Hermoso” fue breve, ya que al morir éste, la reina dio muestras de enajenación y de no estar capacitada para regir un reino. La sucedió en el trono su hijo Carlos que había nacido en Gante en el año 1500, y que, a la muerte de su abuelo Fernando, es nombrado rey de España. Había sido educado en los Países Bajos, hablando francés y un poco de alemán, y sin hablar castellano cuando llega a España en el año 1516.

Las Cortes de los distintos reinos de España, para aceptar al rey le hacían firmar distintos acuerdos, y concretamente al joven Carlos I le hicieron comprometerse a permanecer en España para llevar personalmente los asuntos de estado y aprender hablar en castellano.

En el año 1519 al morir su abuelo paterno, Maximiliano I de Alemania, el joven Carlos quiso competir por la corona imperial, y tuvo que disponer del dinero de las arcas castellanas para comprar las voluntades de las personas de las que dependía su nombramiento. Las Cortes de los Reinos de España, reunidas en La Coruña, aprueban la disposición del dinero necesario por el Rey. Entre los representantes de las Cortes de Castilla se encontraba don Fernando de Cabrera y Bobadilla.

En España, el Rey era visto como un extranjero alejado de las necesidades del pueblo y al ser elegido emperador, el 20 de mayo de 1520 el joven monarca tiene que abandonar España dejando el gobierno en manos de sus hombres de su confianza que no son del agrado de los castellanos, nombrando Regente al Cardenal Adriano de Utrecht.

Los excesos y desmanes de los gobernantes iban exasperando los ánimos de los nobles y de los pueblos de Castilla. Juan Bravo, de Segovia, junto a Juan de Zapata, capitán de Madrid, Juan de Padilla de Toledo y Francisco de Maldonado de Salamanca, representó a los castellanos sublevados ante la reina Juana en Tordesillas en un intento de restituirla en el trono.

Las protestas no estaban dirigidas directamente contra el Rey sino contra sus ministros, y los representantes de Segovia, Toledo, Guadalajara y Burgos sólo reclamaban la corrección de los abusos y el respeto para sus libertades y privilegios. La revolución se inició en Toledo y pronto se propagó en Segovia y a Madrid y hasta Chinchón llegó la revuelta.


Nos habían contado los historiadores que el nombramiento de Conde de Chinchón a don Fernando Cabrera y Bobadilla, hijo de los Marqueses de Moya había sido motivado por sus méritos durante la guerra en la defensa del Alcázar de Segovia. Sin embargo el nombramiento de primer conde de Chinchón está fechado por la Real Cédula de 5 de mayo de 1520, unos días antes de la partida de Carlos hacia Alemania, y en esa fecha aún no había comenzado la guerra de las Comunidades que se inició a finales de ese mismo mes. Por lo tanto, la aportación del primer conde de Chinchón a esta guerra sí pudo estar motivada por el agradecimiento al Emperador por la concesión del título de conde.
El Conde, según las crónicas, luchó contra los segovianos en la misma Catedral y terminó haciéndose fuerte en el Alcázar. En tierras castellanas permaneció hasta el final de la guerra, prestando su ayuda a los tres Regentes del Reino. Por ello, dejó desamparados sus dos fortalezas, hecho conocido por los caballeros segovianos que vieron esta ocasión como la oportunidad única para vengar el expolio de que habían sido objeto por los Reyes Católicos cuando concedieron las tierras de Chinchón a los Marqueses de Moya.
Llegan noticias alarmantes desde Chinchón, el Alcaide del castillo le informa que si en el plazo de quince días no recibe ayuda entregará la plaza. Aunque el Condestable le facilita en Burgos gente de a caballo para que acuda a socorrerle, en vez de dirigirse a Chinchón se encamina a Segovia para ayudar a su hermano que seguía asediado en el Alcázar de Segovia.

Al no llegar esta ayuda, el alcaide don Francisco Díaz decide entregar lo que aún quedaba de la artillería en la fortaleza, a los regidores del Concejo, quienes firman un acuerdo el día 21 de enero de 1521, haciéndose cargo de ella con el compromiso de no utilizarla contra el Conde ni contra su Alcaide. A pesar de lo pactado, poco después, sin duda para no entrar en contienda con ellos, entregan las armas a los comuneros de Segovia, quienes se ensañan no solo con el castillo, sino con otras casas de las personas allegadas a los Señores de Chinchón, destruyendo incluso los escudos de las casas.

Habían pasado poco más de cuarenta años desde que estas tierras fueron segregadas de las segovianas, pero nadie había olvidado la afrenta recibida. Por los datos que nos aportan los historiadores, a los comuneros no se les opone resistencia, sino que se les entregan las armas. No había motivo bélico para destruir el castillo, y sólo se puede entender esta destrucción por el deseo de venganza. Sin duda que algunos de los que llegaron a Chinchón para adueñarse del castillo recordarían que siendo niños habían sido abofeteados en Segovia para que no olvidasen nunca la afrenta que había recibido la ciudad de sus propios reyes.

El 23 de Abril de 1521 son vencidos los Comuneros en la batalla de Villalar, y al día siguiente son ajusticiados sus tres principales dirigente, Juan Bravo, Juan Padilla y Francisco Maldonado. Aunque algunas ciudades tardaron en rendirse, como Segovia, donde estaba sitiado el conde, que no fue liberada hasta el día 27 de mayo. Los habitantes de Chinchón no entendían cómo su señor había sido capaz de abandonar sus tierras y su fortaleza dejándolos a merced de sus enemigos, siendo tachada, por muchos, esta actitud como cobardía.



El Eremita.
Relator independiente.