sábado, 21 de enero de 2017

NOTICIAS MALAS



Yo no sé si las malas noticias suben el colesterol, descontrolan la tensión arterial o suben las transaminasas; pero algo de eso debe haber. Veréis, os cuento. Soy aficionado a los telediarios y, tengo que reconocerlo, me veo varios de las distintas cadenas. También escucho algunos diarios de las radios y repaso varios digitales en internet. Y todos tienen un denominador común: solo se ven, se escuchan o se leen noticias malas. 
Crímenes, robos, corrupción, maltrato a los débiles, mentiras, accidentes; en fin todo lo malo que se nos pueda ocurrir, porque ya se sabe que la realidad siempre supera a la ficción. 
Sinceramente pienso que algo bueno debe pasar por esos mundos de Dios, pero es que, dicen, eso no es noticia, o por lo menos, vende menos.
Y no solo son los sucesos, ni la política, ni la economía, ni los ecos de sociedad, son todas las noticias de cualquier actividad; incluso si hablan de los espectáculos o de los deportes, todo se muestra desde un ángulo negativo. Lo importante no son los goles de Cristiano o de Messi, lo importante son las salidas de tono de Pique; ni la magnífica dirección del concierto de fin de año, sino las maledicencias de cualquier "famosilla de tres al cuarto" poniendo a parir a su ex.
Todo esto viene a cuento de que en los últimos tiempos estoy hecho un asco; he ido al médico; me han hecho un electro, un "TAC", varios análisis, y hasta una colonoscopia, y, según los sanitarios, estoy perfectamente; así que la única explicación es que lo de estar escuchando tantas noticias malas me debe afectar gravemente a la salud. Eso al menos piensa mi médico, que me mandó a paseo (me dijo que tenia que andar más) y me ha prescrito una dieta blanda, o sea, dos meses de ayuno absoluto de ver cualquier medio de comunicación. 
Me ha dicho que los sudokus son menos peligrosos.
Ya os contaré como me va el tratamiento.

jueves, 19 de enero de 2017

ESTAR EN CANDELERO.



Debe ser muy difícil y muy cansando eso de estar siempre en candelero. Sobre todo los políticos no pueden escapar del acoso mediático en busca de una opinión, de un comentario o de un titular que buscan los periodistas. También les ocurre a los del "famoseo" pero es que ellos lo necesitan, precisamente para estar siempre en candelero, que al final es lo que les da el sustento de cada día.
Pero los políticos, no. ¿O si? Muchos piensan que es importante que se hable de ellos, aunque sea mal. Y ahí los tenemos soltando cualquier barbaridad, la mayoría de las veces sin venir a cuento, con el único propósito de "estar en candelero". 
Y para ello, no tienen ningún inconveniente en dejarse ridiculizar, si es necesario para hacerse "trending topic" durante ese día, aunque para ello se tengan que besar en los labios dos representantes elegidos en las urnas. Y todo porque a una presentadora graciosilla o a un reportero dicharachero se les ocurre cualquier chorrada para rellenar su programa.

martes, 17 de enero de 2017

PURO FOLCLORE.


Uno de los belenes premiados en el Concurso de este año en Chinchón.

A veces me he encontrado con personas cuya vida pública y privada no demostraba un especial sentido religioso; en cambio se mostraban beligerantes en la defensa de las tradiciones católicas. 

Defendían las procesiones, los símbolos cristianos de la Navidad, las novenas a los  Santos, en fin, todo lo que forma parte de la parte más folclórica de la religión.

Pero no solo eso, consideraban que cualquier cuestionamiento a estas "celebraciones" era un ataque frontal a la propia religión.

En cambio, estas mismas personas suelen ser esquivas a la hora de debatir sobre las cuestiones morales que plantea esa misma doctrina.

Y es que la religión folclórica obliga bastante menos; incluso es bonita y nos puede llegar a emocionar con los cantos tan pegadizos, con el boato de la liturgia, el dulce olor del incienso y, no digamos, con los artísticos pasos de Semana Santa y, sobre todo como hemos visto estos últimos días, los angelitos, los pastores, los Reyes Magos y el Misterio de Belén.



domingo, 15 de enero de 2017

NO SON FOTOGRAFÍAS, DE VERDAD...


La influencia de los hiperrealistas Antonio López y Richard Estes tiñen las pinceladas de los cuadros de Agustín González. Sus lienzos, que se han expuesto en la Galería Zúccaro, engañan al ojo humano y consiguen que los paisajes urbanos de Madrid y Nueva York se confundan con fotografías.
El Palacio de Cibeles de Madrid, los reflejos en el asfalto de un día lluvioso en la Plaza del Callao son algunos de los paisajes urbanos que protagonizan la selección de 33 cuadros del pintor hiperrealista Antonio López Salvador (Cendejas de la Torre, Guadalajara, 1959), que hasta el 15 de enero se pueden contemplar en la madrileña Galería Zúccaro.