sábado, 10 de septiembre de 2011

LA ALCOHOLERA DE CHINCHÓN EN UN REPORTAJE DE "EL PAÍS"

Ayer, el periódico El País publicaba un reportaje, que firmaba María Hervás, y que titulaba "El centenario manantial de Chinchón" - La única industria española que produce este anís natural, situada en el municipio madrileño del mismo nombre, acaba de cumplir 100 años de vida., que por su interés me permito publicar en este blog para su mayor difusión, aunque existan algunas pequeñísimas imprecisiones en su redacción:

Dibujo de una vista de Chinchón realizado en el año 1917, en el que se puede apreciar la chimenea de la antigua fábrica de la Alcoholera de Chinchón.

"A las dos de la tarde de un día soleado cuesta subir la empinada calle de los Huertos que desemboca en la plaza Mayor de Chinchón. A esa hora solo está abierta una tienda, Foto Martín, en la que el turista puede llevarse de recuerdo una ristra de ajos, una cesta de esparto y, lo más característico de este pueblo, anís de Chinchón. Se venden tres tipos de botellas: chinchón dulce, con 35º de alcohol; seco, sin azúcar, de 43º, y, para los más valientes, el especial, de 74º. Elena y Jorge, dos viajeros de Valencia, se llevan dos botellas.
"Siempre viene bien tener chinchón en casa", opinan los chinchonetes; "para la tripa, el dolor de cabeza o las flatulencias". La bebida espirituosa, compuesta por alcohol, agua y matalahúva (un grano de forma ovalada y color verdoso), se embotella únicamente en este enclave del valle del río Tajuña, en la fábrica de la Sociedad Alcoholera de Chinchón, que en marzo cumplió 100 años. La Comunidad de Madrid le concedió el pasado abril la Encomienda de Número de la Orden del Dos de mayo.
Los primeros en abanderar la marca Chinchón fueron los antiguos cosecheros, reunidos en la Sociedad de Cosecheros de Vino, Vinagre y Aguardiente, que llevaron el anisete a tres exposiciones universales (París, 1889 y 1893; Chicago, 1893), obteniendo en la capital francesa y estadounidense dos medallas de oro. Corrían buenos tiempos para el líquido de matalahúva.


Diploma del premio obtenido por el anís de Chinchón en la Exposición de Chicago en 1893.

El 11 de marzo de 1911, cientos de esos cosecheros decidieron dejar de producir de manera artesanal e individual y crearon una nueva sociedad que produciría por primera vez anís de forma industrial. "Gracias a la Ley de Alcoholes de 1904, que pretendía evitar la manipulación inadecuada del alcohol, para asegurar la sanidad y seguridad, los 300 nuevos socios salieron beneficiados, porque, además de producir más litros de chinchón, pagaban menos impuestos", relata Manuel Carrasco, un jubilado de 66 años que ha escrito varios libros sobre el tema. Así se creó la Alcoholera de Chinchón, cuyo capital social fue de 80.000 pesetas, y que durante un siglo ha llevado por todo el mundo esta prestigiosa bebida, "incluso hasta Filipinas", asegura Francisco Domenech, gerente actual de la compañía.
La Alcoholera era a finales del siglo XIX una de las protagonistas indiscutibles de la vida del pueblo, que tiene actualmente 5.500 habitantes. Cuando en 1917 Alfonso XIII concedió a Chinchón el título de ciudad, la Sociedad sufragó los gastos de la visita del rey. De igual modo, "financió el proyecto para la traída de agua corriente al municipio en 1936", asegura Carrasco.
El primer alambique de la empresa, de 1912, se expone en la entrada a la fábrica de la Alcoholera, situada a 10 kilómetros de Chinchón, en la M-311. "La elaboración del anís sigue siendo artesanal, lo que hace que el producto sea insustituible", asegura orgulloso Domenech, un químico de 52 años que lleva toda una vida entre licores. El proceso sigue siendo el mismo que hace cinco siglos: se echan el alcohol y la matalahúva al alambique y se someten a una presión de calor continua durante unas 12 horas. Una vez que el líquido se evapora pasa por un cuello del cisne o trompeta que une al alambique con el condensador, donde el vapor pasa por un serpentín refrigerado con agua fría para su condensación. El destilado sale por la piquera, que tiene un alcoholímetro para indicar el grado. "Normalmente este destilado tiene 75º de base", afirma Domenech. Después se le añade agua o jarabe de azúcar, dando lugar a diferentes tipos.
El proceso industrial ha cambiado a lo largo de estos 100 años: las alquitaras de antaño eran de cobre y tenían una capacidad de 1.000 litros, mientras que las actuales pueden rellenarse hasta los 5.000. Si en 1940 trabajaban alrededor de 40 personas, ahora casi todo es automático y solo hay 16 empleados. "Nos pagaban muy bien. En 1975, las temporeras cobrábamos 11.000 pesetas al mes", recuerda Teresa García, encargada del Museo Etnológico La Posada, el único de la localidad. "Pero llegó un momento en que hacía falta una buena inversión de dinero porque la maquinaria se quedó atrás", comenta García. En 1969, los socios vendieron la Alcoholera a la empresa vinícola González-Byass.
La fábrica actual, de 50.000 metros cuadrados, se inauguró una década después y hoy produce cinco millones de botellas, de las que un millón y medio son de anís. El resto son otros licores. México es el país que más demanda esta bebida, pero se vende también por toda América y Europa, de manera que si por algo se conoce a Chinchón es por su anís. Pese a la gran afluencia de turistas (en 2010 visitaron el municipio 52.383 viajeros), no hay ninguna actividad específica relacionada con el anisado. Pero en los bares de la plaza siempre hay quien pide un trago. Como dice el refrán: "Chinchón, anís, plaza y mesón".
Hitos de una fábrica única:
- 11 de marzo de 1911. Miembros de la Sociedad de Cosecheros de Vino, Vinagre y Aguardiente de Chinchón crean la Alcoholera de Chinchón.
- 1917. Cuando Alfonso XIII concedió a Chinchón el título de ciudad, la Sociedad financió los fastos de la visita real a la localidad.
- 1936. La empresa paga la traída de agua corriente al municipio.
- 1940. La fábrica da trabajo a 40 personas. En la actualidad hay 16 empleados.
- 1969. Los socios de la Alcoholera deciden vender la compañía a la empresa vinícola González-Byass.
- 1979 Se inaugura la planta actual, de 50.000 m - . Produce cinco millones de botellas al año. Un millón y medio de estas son de anís.

viernes, 9 de septiembre de 2011

DON ESTEBAN Y LA GUTIERREZ, o Tragicomedia del entretenedor, entretenido.


Don Esteban era un depredador nato. Un extraordinario y fabuloso depredador, implacable y sanguinario que disfrutaba abatiendo a sus víctimas. Además, a don Esteban, le gustaba presumir de sus trofeos, tenía toda su casa adornada con las cabezas disecadas de las fieras que había cazado en sus ya dilatadas y, cada vez, más frecuentes correrías cinegéticas. Había jabalíes, antílopes, cabras monteses, ciervos, mutones, rebecos, un oso pardo, dos tigres de vengala, una leona y hasta la cabeza de un elefante africano. Pero su trofeo más codiciado, y del que más presumía, era Petronila su propia esposa. No es que fuese hermosa, ni estuviese adornada de un ramillete de virtudes que la hiciesen digna de admiración; tampoco era el paradigma de la sabiduría ni su carácter era grácil, afable o condescendiente, no; más bien era todo lo contrario: algo huraña, poco cariñosa, nada sociable, de ideas trasnochadas, muy beata y dada a los rezos a todas horas, bastante mojigata y entrada en carnes. Dicho sin ambages, era obesa, y así había sido desde que la conoció. Cualquier lector perspicaz se estará preguntando qué fue lo que pudo atraer a un avezado, curtido, sagaz y hábil cazador hacia esta presa sin aparentes atractivos.
- Eso, ¿cómo un cazador hábil, avezado, sagaz y curtido, pudo interesarse por una presa tan poco atractiva, o hay algún dato que aún desconocemos?
Efectivamente querido y perspicaz lector, don Esteban, que ya entonces demostraba una rara habilidad impropia de su tierna edad, supo descubrir la cualidad que adornaba a Petronila: era la hija única y heredera del emporio metalúrgico de don Gumersindo. Claro que entonces don Esteban era sólo el Sr. García y la heredera, a sus veinte años, aún disponía de algún que otro signo de femineidad. García, cual laboriosa y sutil araña, supo entretejer una maraña de adulaciones que enredó a la inexperta joven que cayó rendida en la tela de tan hábil, calculador e interesado depredador. La historia de esta captura era su hazaña más celebrada por los amigotes siempre dispuestos a jalear todas sus aventuras, incluidas las cinegéticas. Lógicamente este trofeo no figuraba disecado en una de las paredes de su salón, sino más bien deambulaba por toda la casa en estado de semimomificación, sólo ocupada en sus novenas, sus rezos y en sus largas conversaciones con su director espiritual que la visitaba periódicamente, para que no tuviese que salir a la calle en su estado de extrema morbidez. Cuando la heredera entró en posesión de todo el imperio familiar, el ya don Esteban se hizo cargo de la dirección y se ocupó, entre otros asuntos importantes, de ampliar su colección de conquistas amorosas, que fueron engrosando la mayoría de las empleadas de la sociedad que tuvieran un mínimo de atractivo, teniendo en cuenta que el nuevo director no era demasiado exquisito en sus gustos. En su afán de perpetuar el recuerdo de sus logros, a todas sus amantes les regalaba prendas íntimas de fina lencería que después iba recuperando, una vez usadas, con las que logró formar una colección que no envidiaba en nada al más completo catálogo de cualquier multinacional del ramo.
Una de estas conquistas fue Obdulia, secretaria de administración en el departamento de ventas que era conocida como Gutiérrez en la oficina, quien supo captar su interés, no solo por su habilidad en el manejo de la adulación y el halago más que por sus cualidades amatorias, sino también, y sobre todo, por su innegables cualidades teatrales que le permitían fingir unos éxtasis orgásmicos que reforzaban el ampuloso ego de su jefe, a menudo puesto en entredicho por los frecuentes fracasos coitales que él siempre atribuía a la frigidez de sus conquistas.
La Gutiérrez, como él la llamaba, no solo recibió su consabida colección de lencería, sino un pisito en el extrarradio y el traspaso de una mercería en la calle Mayor, llamada “La bobina de hilo”, que hasta entonces, era donde compraba don Esteban la ropa interior. Este floreciente negocio, a pesar de haber perdido el más fiel de sus clientes, le permitía subsistir holgadamente cuando dejó la empresa para evitar la maledicencia de sus envidiosas compañeras que sólo habían conseguido las braguitas de encaje y algún que otro día de vacaciones. Como la mercería estaba más cerca que el pisito, no tenía más remedio que ejercitar sus dotes interpretativas en la trastienda, donde había instalado un confortable sofá por indicación de don Esteban. En algunos de aquellos gozosos trances en los que fingía perder el sentido por el placer que la proporcionaba, él llegó a prometer que dejaría a su esposa para casarse con ella; lo que no obnubiló a la antigua secretaria que conocía sobradamente la facilidad de su torpe amante para mentir descaradamente para conseguir sus propósitos. No obstante, aprovechaba esas ocasiones para decirle aquello de que “Cómo sois los hombres”, “Seguro que eso se lo dices a todas”; “Tú realmente no me quieres”, “Sólo buscas en mí tu placer”, y otras cosas por el estilo que hacían que él se sintiese culpable y siempre caían algunos cientos de euros que iban conformando un pequeño capitalito que crecía en la cartilla de la Caja de Ahorros. Pero ella era y quería ser “sólo” la entretenida y, además poco a poco, se iba encariñando con aquel cretino que no dejaba de ser un pobre hombre.
De su interesado matrimonio había nacido un vástago a quien su madre se encargó en malcriar entre rezos y novenas, y a quien su padre apenas si hacía caso, más interesado en sus obligaciones ya enumeradas. En ocasiones se lo había llevado de cacería pero nunca demostró gustos parejos a los de su progenitor sino, más bien, sus tendencias se inclinaban más por la mística y la poética, sin duda influenciado por el ejemplo materno que también, indudablemente, había contribuido a su tendencia innata a engordar. En estas circunstancias, los atractivos del hogar eran escasos para atraer a don Esteban y menos aún si decimos que vivía con ellos la mamá de su esposa, una vieja gruñona, achacosa, algo ida, caprichosa y chillona, que aunque apenas podía moverse, no paraba de echarle en cara lo mal que había educado al niño, y lo abandonada que tenía a su hija, que por su culpa había llegado a esa insostenible situación de abandono. Por eso, cuando llegaba a casa, se refugiaba en su despacho, donde sólo permitía la entrada de Susanita, que era la encargada de informarle de la situación familiar y hacerle provisión de víveres, viandas y bebidas que tomaba allí mismo hasta que se retiraba a descansar a su dormitorio privado.
Susanita era la trigésimo cuarta fámula que había llegado a servir a la mansión de los García-Iturmendi, y ya las braguitas de sus treinta y tres predecesoras formaban parte de la colección del señor, por eso doña Petronila le había advertido muy seriamente que no permitiría de ninguna manera que mancillase el honor de aquella púber inocente y que en caso contrario estaba dispuesta, a separarle de la dirección de sus negocios y donar todo su patrimonio a sufragar las obras pías de la Congregación de Hermanos Penitentes, a la que pertenecía su director espiritual. La directa amenaza de la que aún mantenía la titularidad de todas las acciones de la Metalurgia Iturmendi, surtió sus efectos y hasta ese día había sido un eficaz antídoto para sus irremediables inclinaciones depredadoras; pero aquella noche se había quedado viendo una película porno en canal plus. Susanita entró en el dormitorio para dejarle el vaso de leche con coñac sobre la mesilla. Al inclinarse apenas si dejó entrever un diminuto tanga que él no le había regalado y los acontecimientos se precipitaron como orquestados por una mano mefistofélica que hubiese ideado la más cruel de las venganzas.
Susanita gritó porque no esperaba el inesperado ataque, su mujer apenas si podía entrar por la puerta pero pudo ver a la criada con el uniforme hecho girones y a su marido con el tanga desgarrado en la mano, el hijo se ocultaba tras de su madre tapándose los ojos horrorizado por la melodramática situación. Hasta la abuela llegó sin parar de insultarle aunque no sabía muy bien lo que estaba ocurriendo. El Notario, al día siguiente, revocó los poderes, Fray Escolástico recomendó a un feligrés suyo de reconocida honestidad y probada aptitud para hacerse cargo de los negocios y el escándalo corrió como reguero de pólvora por toda la ciudad, para regocijo de doña Segismunda, amiga íntima de Petronila, soltera y entera, enemiga declarada de don Esteban, a quien no perdonaba que no hubiese intentado seducirla en ningún momento a pesar de las continuas insinuaciones con que le obsequiaba a espaldas de su esposa, conociendo su dilatada vida de crápula.
El cazador cazado tuvo que abandonar la mansión familiar y se instaló en un pequeño y recóndito hotel que ya había utilizado con algunas de sus conquistas y donde era muy apreciado por todo el personal por las pródigas propinas que hacía a las camareras. Esta nueva situación, sin embargo, no cogió por sorpresa a don Esteban, que durante los más de treinta años que había controlado los negocios se había ocupado de esquilmar en beneficio propio los fondos patrimoniales de la empresa familiar de su cónyuge, lo que le permitiría vivir desahogadamente el resto de sus días. Por otro lado la nueva situación de libertad le dejó el camino expedito para dedicarse, a tiempo completo, a la caza, en sus diferentes vertientes, hasta que llegó a saturarse, porque ya se sabe que todo cansa y porque había perdido la morbosidad que ofrece sólamente lo que está prohibido.
Al cabo de unos meses, en una de aquellas sesiones en la trastienda de la mercería, cuando la Gutiérrez entró en éxtasis -él todavía no había descubierto que era fingido- la propuso trasladarse a vivir con ella al pisito del extrarradio, lo que a ella, al principio, no le hizo demasiada ilusión, pero simuló estar muy complacida con la esperanza de que terminaría acostumbrándose a su compañía.
Cuando a finales de año cerraron el balance del negocio, los resultados habían sido extraordinarios. Las ventas habían aumentado en un noventa y siete por ciento, gracias a la gran habilidad de don Esteban que se entretenía atendiendo personalmente el departamento de lencería de la “Bobina de hilo”, la mercería de la calle Mayor.

miércoles, 7 de septiembre de 2011

CURIOSIDADES EN LOS PROGRAMAS DE FESTEJOS DE CHINCHON. II.


Cualquier documento antiguo puede ofrecer mucha información si eres capaz de buscarla. En  los programas de festejos encontramos muchas curiosidades.
Por ejemplo, en todos ellos, con la excepción del año 1961, se incluía un “pregón” o saludo del señor alcalde. En dos ocasiones, si embargo, se “contrató" un pregonero. En el año 1955 el elegido fue Alfredo José Rodríguez Freyre y en el año 1958 el Sr. Cura Párroco, cargo que por entonces ostentaba don Valentín Navio López. 
Generalmente el pregón se limitaba a un saludo y manifestar el deseo de que las fiestas patronales fuesen del agrado de todos los vecinos. También era frecuente que el alcalde de turno se lamentara de la falta de recursos económicos y se solía dar la bienvenida a todos los que en esos días acudían al pueblo.
En el año 1975 el señor Alcalde aprovecha la oportunidad para comunicar en el “pregón” las realizaciones de la Corporación Municipal. Esta finalidad es también utilizada cíclicamente a partir de ese momento por distintos ediles, teniendo que destacar que en el “pregón” del año 1998, se incluyen todas las realizaciones de los años de la “gestión popular”, llegándose a incluir entre ellas “la concentración parcelaria”, que como todos sabemos nunca se llegó a realizar.
Normalmente el pregón lo firma “vuestro alcalde” aunque ignoramos si era el propio alcalde quien realmente  lo redactaba, o se lo encargaba a otra persona. En algunas ocasiones era firmado por el nombre propio del alcalde, lo que ya es habitual desde los últimos lustros. 
Lo que representó una novedad fue la publicación de la fotografía desde que tuvimos alcaldesa, y por primera vez aparece la de Ana Magallares en el año 1998 y posteriormente las de Encarnación Moya y Luisa María Fernández. Ninguno de nuestros alcaldes se atrevió a poner su fotografía en el programa de festejos.

martes, 6 de septiembre de 2011

POSIBLE UBICACIÓN DE LOS ANTIGUOS ASENTAMIENTOS O DESPOBLADOS EN LA VEGA DEL TAJUÑA EN CHINCHÓN


Vicente, un lector del blog, me consultaba si conocía la ubicación de los antiguos asentamientos y después despoblados de las márgenes del río Tajuña a su paso por la Vega de Chinchón. Aunque lo desconocía, he hecho las oportunas averiguaciones en el Sindicato de Agricultores, donde me han facilitado varios mapas, con lo que he podido hacer esta composición, en la que he colocado la posible ubicación de los asentamientos; haciendo todas las reservas, puesto que sólo me he valido de los nombres de los actuales parajes y su comparación con los nombres de los despoblados.
Propongo que los interesados puedan hacer sus pesquisas para conseguir saber, entre todos, su localización.

Para ver el mapa con más detalle, hacer "clip" encima de la imagen.

lunes, 5 de septiembre de 2011

¿CUANDO SE CONSTRUYÓ LA ERMITA DE SAN ANTÓN DE CHINCHÓN?


A principios del siglo XIV, la Ciudad de Segovia que había recibido del Rey la donación de los  territorios donde hoy se asientan, entre otros, los pueblo de Chinchón, Valdelaguna, Villaconejos, Titulcia y San Martín de la Vega, por su colaboración en la Reconquista, concede a los capitanes de sus mesnadas diversos privilegios para que se ocupen de la repoblación y colonización de estos territorios. Entre estos capitanes estaban los llamados “Quiñoneros”. 
Los Quiñoneros formaban cuatro escuadrillas, denominadas de San Esteban, San Martín, San Millán y la Santísima Trinidad. La primera de ellas fue la que se estableció en el territorio de Chinchón, y a este santo se dedicó la pequeña ermita que fue construida en lo que era el pequeño asentamiento en el casco urbano actual, y que ahora está dedicada a San Antonio Abad. 


La fecha de construcción de esta ermita ha sido motivo de controversia. Si tenemos en cuenta que estos territorios estuvieron dominados por los árabes hasta mediados del siglo XII y aún durante un largo periodo estuvieron prácticamente deshabitados hasta que se inició la repoblación por parte de la Ciudad de Segovia a principios del siglo XIV, no es lógico que se construyese la ermita antes de esta fecha. El hecho de que existan detalles románicos no significa más que los constructores se inspiraron en templos ya existentes, aunque en esas fechas ya estaban vigentes otros órdenes arquitectónicos. En la prestigiosa Enciclopedia del Arte Románico, que recoge todas las obras tanto religiosas como civiles del estilo románico en España, no tiene catalogada esta ermita de San Antón, por lo que se podrían deducir que los detalles, como el ábside redondeado o los canecillos del mismo, no han sido considerados suficientes para la calificación de la ermita como  perteneciente a este estilo. Es pues muy probable que la iglesia se construyese en la época que estamos estudiando de principios del siglo XIV y no sea una restauración de otra ermita construida en los siglos anteriores, como se había pensado.
En una investigación arqueológica realizada recientemente en la Ermita de San Antón, se han descubierto varios dibujos en la parte interior del ábside, pero que corresponden a tiempos muy posteriores.

domingo, 4 de septiembre de 2011

PROCESIÓN DE LA MISERICORDIA EN CHINCHON.


Hoy, primer domingo de septiembre, se celebra en Chinchón la festividad de Nuestra Señora de la Misericordia, que tiene su ermita en la Plazuela del Pozo, ahora conocida como plaza de los Hermanos Ortiz de Zárate.


Anoche, en la puerta de su ermita se celebró una animada verbena y un concurso de disfraces para niños y mayores, con premios en los distintos concurso que hubo a continuación.


Hoy ha tenido lugar la procesión de la Imagen hasta la Iglesia parroquial, donde se ha celebrado la misa mayor y a continuación se ha vuelto la imagen a su ermita, en procesión acompañada por las autoridades y hermanos de la cofradía, amenizada por banda de música.
Os ofrezco algunas de las instantáneas de la procesión a la salida de la iglesia.


Las fotos de la procesión corresponden a hoy día 4 de septiembre de 2011, a las 13,07 horas.