sábado, 12 de febrero de 2011

MIS FOTOS II







Todas las fotografías de hoy son del País Vasco.

viernes, 11 de febrero de 2011

CHINCHÓN TAMBIÉN TIENE POESÍA. IX

De Julio Aparicio ya hablé en mi Romance "Fiesta en Chinchón". Un día Chinchón quiso premiar su arte y su amor hacia los más necesitados, con un banquete-homenaje en el que se le impuso el : "Ajo de Oro",y se le nombró hijo adoptivo de la Villa.
Yo estaba allí, y a la hora de los brindis improvisé este soneto que aunque no lo escribiera en Roma, quiero publicarlo junto al soneto "Tu Plaza", escenario de grandes triunfos del maestro y testigo de su amor a nuestros mayores.
José Manuel de Lapuerta.

Un ajo de oro.
(A Julio Aparicio)
Chinchón, 5 de Diciembre de 1970


Como mezcla el pintor en su paleta
el color y la luz y la armonía,
mezclaste, Julio, arte y valentía
y caridad prendida en tu muleta.

Y encontraste en la fiesta otra faceta:
la de llevar al triste la alegría,
al anciano la ilusión que ya perdía
y la emoción al pecho del poeta.

Fue tu amor hacia el pobre y el anciano,
fue el amor lo que a Chinchón te trajo,
como a un niño llevado de la mano.

Tu le diste tu arte, tu trabajo
y él te devuelve amor, te llama hermano
y de oro, en tu solapa, prende un ajo.

Ilustración: Corrida en la plaza de Chinchón de G.Barranco.

jueves, 10 de febrero de 2011

PRESENTACION DEL LIBRO "LA BERENJENA DE ALMAGRO, ALGO ÚNICO"

El lunes, día 7 en El Viso de Marqués (Ciudad Real) tuvo lugar la presentación del libro "La Berenjena de Almagro, Algo único", que ha editado la Asociación para la Promoción de la Indicación Geográfica Protegida Berenjena de Almagro.


 En este libro se recogen diversas recetas de cocina con el denominador común de la berenjena de Almagro que como es conocido sólo se produce en el Campo de Calatrava.


Para su presentación se escogió el Palacio de Santa Cruz que mandó construir Don Álvaro Bazán, y donde se conserva el archivo naval de España. Un Palacio inspirado en el estilo del Renacimiento italiano.



Se sirvió un almuerzo en la Hospedería "La Almazara del Marqués" a base de tapas en la mayoría de las cuales  estaban presentes las típicas berenjenas que hoy han sido las protagonistas indiscutibles del día.,



Presidió el acto el don José María Barreda, presidente de la Comunidad de Castilla La Mancha.

El motivo de traer esta noticia al blog del Eremita se debe a que hay en el libro un apartado dedicado a Chinchón, cuyo texto fui invitado a redactar: Trascribo un extracto del mismo:

CHINCHON


"Entre montes alfombrados de olivos y caminos blancos, la silueta de Chinchón se recorta en el azul del cielo que va cambiando en las distintas estaciones del año, desde el gris perlado de los fríos días de enero, hasta el fuerte azul cobalto de los atardeceres otoñales, pasando por el turquesa primaveral y el violeta de los ocasos de finales de agosto.
También sus campos se tiñen de variadas tonalidades verdes: la del pardo de los olivos, la amarillenta de las mieses en sazón para la siega, y la brillante de las tiernas hierbas cuando el rocío las enciende en el amanecer de los primeros días de la primavera.
Y sus tierras con sus tonalidades ocres que parecen escalar por las agrestes laderas de los montes que circundan al pueblo, entre el blanco de las calizas en los caminos y los rojos ferruginosos de los cerros de las "Cabezas".
Chinchón se asoma a los altos páramos donde se confunden las últimas estribaciones de la Alcarria y los límites de la Mancha. Porque Chinchón es, sin duda, el último pueblo de la Alcarria o del primero de la Mancha, aunque la organización administrativa nos diga que estamos en la Comunidad de Madrid.
Sus casas, el trazado de sus calles y plazas, sus patios, el carácter de sus gentes y sus costumbres, el color de su cielo y de sus campos es prácticamente igual a los de tantos pueblos con que formaron parte de los antiguos campos de Castilla.
Y con estos pueblos comparte, sobre todo, los olores. Esos olores singulares que posiblemente ya sólo permanecen en nuestra memoria, y que perduran grabados en mi recuerdo.............
....... Mucho antes, allá por la Edad Media, Chinchón fue pasando de la jurisdicción de las municipalidades de Segovia al reino de Toledo, hasta que el 21 de abril de 1834 se crea la nueva ordenación administrativa de España por demarcaciones provinciales y reuniendo 17 pueblos de las provincias de Segovia, Toledo y Madrid, se conforma el nuevo partido judicial de Chinchón, que termina encuadrado dentro de la Provincia de Madrid.
Es posible que alguno de ustedes se pueda preguntar dónde estará Chinchón, porque no está situado en un cruce de caminos y difícilmente aparece en las carreteras nacionales alguna señalización que indique una salida para llegar hasta aquí. Para llegar a Chinchón hay que desviarse de las rutas que llevan a otros sitios más importantes; pero posiblemente se alegrarán si toman la decisión de venir expresamente a conocer Chinchón.
Porque, aunque Chinchón nunca estuvo en una cruce de caminos, hasta aquí llegaron los romanos; después, los moros; los Reyes Católicos pensaron que era una buena tierra para agradecer los servicios de sus buenos vasallos los Marqueses de Moya y crearon para ellos el Señorío de Chinchón. Cuentan que por aquí estuvo el Rey Felipe V, y que Lope de Vega pasaba temporadas en el Palacio de su amigo el Conde.
También llegó hasta aquí Francisco de Goya para visitar a su hermano, el Cura de Chinchón, y nos dejó "La Asunción de la Virgen" y el retrato de la Condesa, que estaba casada con Godoy.
Después, a mediados del siglo XIX, un día de Santiago, vino hasta aquí Salvador Sánchez "Frascuelo", cuando todavía no era famoso, le cogió un toro en la capea y, como le cuidó muy bien el tío Tamayo, se quedó por aquí como hijo adoptivo.
Y mucho después, llegó el seiscientos y el turismo, y como Chinchón, aunque no está en un cruce de caminos, estaba cerca de Madrid no tardó en ser descubierta por los pioneros que se asombraron de cómo había sobrevivido aquel reducto del pasado a tan pocos kilómetros de la "civilización" y algunos se quedaron a vivir aquí. Y entre los reductos de ese pasado estaban sus tradiciones, sus costumbres y su cultura. Y como expresión máxima de esa cultura: su gastronomía.
Y nuestros visitantes quisieron conocer los platos típicos del lugar y en las cartas de los restaurantes aparecieron las sopas de ajo, las judías con cerdo, la gallina en pepitoria... y poco más.
La cocina tradicional de Chinchón se cimenta en los buenos productos de la tierra y en una elaboración artesana que era difícilmente compatible con las prisas de una cocina comercial.
La gastronomía es cultura, y como tal se ensambla y conforma la idiosincrasia de un pueblo y por lo tanto no se debe separar del contexto en que se desarrolla.
La gastronomía de Chinchón está marcada, por los productos autóctonos, por las estaciones meteorológicas y por las fiestas y celebraciones. Los ajos, el aceite, las legumbres del secano, las verduras de la huerta y los productos de su vega tienen una presencia fundamental en la sencilla gastronomía de Chinchón.
Pero sobre todo el ajo. Sin ninguna duda, el ajo es el cultivo más representativo de Chinchón. El ajo blanco, fino de Chinchón, alcanzó un gran prestigio y cotización, que perduró hasta que a alguien se le ocurrió conservar los ajos en cámaras frigoríficas.
Efectivamente, el ajo fino de Chinchón, además de un sabor delicado característico, tiene la propiedad de mantener intactas sus propiedades durante todo un año, sin necesidad de una especial conservación. Cuando otras variedades habían perdido las condiciones para ser consumido, los ajos de Chinchón eran los únicos que se mantenían en el mercado hasta que llegaban los tempranos ajos de la huerta de Murcia, lo que les hacía ser un producto cotizado y codiciado.
El ajo de Chinchón es el principal protagonista en la ensalada de tomate con ajo, el pollo y el conejo al ajillo, las sopas de ajo , las patatas fritas con ajo picado, que aquí se llaman "picatostes"... y en la mayoría de los platos que se hacen en Chinchón, porque en casi todos se utilizan para hacer un buen sofrito.
La gastronomía de Chinchón es similar a la de tantos pueblos de la comarca; empezando por el cocido, las legumbres, los callos, el cordero, la gallina, los pistos, hasta llegar a los guisos.
Posiblemente las patatas guisadas es el plato más típico de Chinchón, porque era el que hacían los hombres para comer en el campo. Las patatas solían guisarse con carne de ternera, cordero o conejo, con costillas adobadas o con bacalao, a las que se podían añadir los caracoles y las cañamizas que se podían encontrar en las lindes de las caceras de la vega".

Además, en el libro se recoge una receta de la que es autor nuestro paisano José Miguel Soler Carmona, en representación del Parador de Turismo de Chinchón, de donde fue Jefe de Cocina, antes de marchar al Parador de Toledo. Su título: "Berengenas de Almagro y ciervo con queso manchego y caramelo de vino"

En esta foto de familia, todos los que participamos en la elaboración del libro con el Sr. Presidente de la Comunidad de Castilla la Mancha.

miércoles, 9 de febrero de 2011

RESTAURANTES DE CHINCHON. 2. LA BALCONADA.

La Plaza Mayor de Chinchon es, sin ninguna duda, su principal zona de atracción, y en la plaza se encuentran muchos de los restaurantes. Siguiendo con la serie dedicada a los Restaurantes de Chinchon que inicie hace unos días, hoy nos vamos a parar en "La Balconada"

Esta en la salida de la plaza hacia la iglesia, junto a la llamada columna de los franceses.

Este era el aspecto que tenia a principios del siglo XX, cuando estaba allí ubicada una tienda de "coloniales", donde, como se ve en esta fotografía antigua, se vendían también muebles y camas. Esta tienda, después de la guerra, estaba regentada por dos hermanos solteros de origen francés. Unos años después, la casa fue comprada por Balbino Nieto, que instalo un restaurante en la planta baja.


Esta es la entrada y las escaleras de acceso al restaurante que fundaron y regentan actualmente Manuela Nieto que se encarga de la cocina e Isidoro Olivar que atiende a los clientes. La entrada está decorada con unas pinturas originales de Luis Martinez.




Estos son tres de los comedores en los que podrán degustar una amplia oferta de la cocina tradicional de la región elaborados con materias primas de primera calidad. Sus especialidades con los pescados frescos, que Isidoro trae de Mercamadrid, un mercado que conoce perfectamente de su época de pescadero.



Cuando el tiempo lo permite, podrán también comer en los balcones con vistas a la plaza mayor de Chinchon, lo que representa todo un lujo para los clientes. También dispone de una amplia carta de vinos que conserva en la bodega que tiene junto al Museo Etnológico.


El restaurante esta decorado con cuadros, entre otros,  de Manolo Gomez-Zia, Manuel Mejia, litrografias de Pepe Moreda y mosaicos de Talavera de la Reina, además de fotografías antiguas de Chinchon y de personalidades que han visitado el restaurante.




Para terminar, otra obra de arte: el cochinillo asado, que con los pescados ya comentados, la gallina en pepitoria, las patatas al revolcón y un delicioso postre de natillas con arrope y unas pastas recién hechas en la casa, encabezan una carta que se renueva en las distintas estaciones del año.


Espero, con esta información, facilitar la búsqueda de los que llegan a Chinchon buscando un lugar donde comer.

martes, 8 de febrero de 2011

CHINCHÓN TAMBIÉN TIENE POESÍA. VIII

Esos pensamientos. esos recuerdos me hacían esperar a Chinchón, con impaciencia, todos los días: en mi memoria, en la nostalgia. en mi cariño... Despierto o dormido.
José Manuel de Lapuerta.

Mis citas con Chinchón.
Roma, 2 de Marzo de 1959



Todos los días tengo
muchas citas contigo,
y te espero impaciente
en tantos sitios...

Te espero en mi memoria
en los ratos de hastío.
para que tu recuerdo
me traiga alivio.

Te espero en la nostalgia
de los años que, unidos
tu polvo y mi sudor,
hemos vivido.

Te espero en los remansos
todos de mi cariño
si el corazón me arde
o lleva frío.

Te espero vigilante
y te espero dormido,
porque también mis sueños
te traen conmigo.

Y te espero en la brisa
de los aires amigos,
para ver si me huelen
como tus trigos.

Ilustraciones: La fuente de Valdezarza de Charo Rolland.

lunes, 7 de febrero de 2011

"LA PIEDAD" DE CARRETERO

El pasado viernes, a las 11 de la mañana se inauguró en el Cementerio de San José de Granada el monumento a las víctimas de la Guerra Civil, obra del escultor granadino y residente en Chinchón, don Eduardo Carretero Martin, que se ha titulado “La Piedad”



 En este blog y en la prensa de Granada nos hemos hecho eco de este acontecimiento. Sin embargo, no entiendo la razón por la que se ha creado una gran polémica en Granada por causa de esta obra.




En una crónica del diario El Ideal de Granada de fecha 5 de febrero se dice que el monumento está “inspirado” en la Piedad de Miguel Angel. Posiblemente se refiera al nombre, porque asegurar ésto refiriéndose a la escultura sólo se puede entender si no se conoce la obra del maestro italiano, o se desconoce la de Carretero.
Hablar de la escultura de Eduardo como símbolo religioso, es desconocer absolutamente cúando, cómo, y porqué se hizo.


Eduardo Carretero nació en el año 1920, por lo que tenía poco más de dieciséis años cuando se inició la guerra civil. Sin embargo se alistó en el ejército republicano y fue herido poco después. Conoció, como testigo presencial, las atrocidades que se cometieron en los dos bandos en que se dividió España.
Algunos años después, eran los años sesenta del siglo anterior, sintió la necesidad de contar lo que había visto y vivido, y lo hizo como él sabía hacerlo, esculpiendo. Hizo una serie de bocetos que tituló “La guerra civil” en los que representaba las atrocidades que aún estaban en su mente: cuerpos destrozados en las cunetas de las carreteras, fosas comunes, cuerpos mutilados y hombres y mujeres que clamaban llorando con desesperación la muerte de los esposos, los hermanos, los hijos y los amigos.
Y lo hizo en barro. Un barro desgarrado que se abría con grietas profundas, como las heridas en el alma de las dos Españas. Y quiso contarlo -lo ha repetido él en infinidad de ocasiones- para que las nuevas generaciones conociesen lo ocurrido, para que no volviese a repetirse, y para que sirviese como símbolo de reconciliación definitiva entre los dos bandos irreconciliables.


Estas pequeñas esculturas, estos bocetos permanecieron, durante muchos años, semi escondidos, porque por entonces, todavía no se podía hablar de reconciliación y de estos recuerdos. Luego sólo eran conocidos por sus amigos que le visitaban en su estudio de Chinchón.
Cuando le contaron el proyecto de hacer un monumento a las víctimas de la guerra civil en su Granada natal, ofreció uno de estos bocetos para hacer la escultura, pero siempre dejando claro que debía ser como homenaje de “todas” las víctimas de la guerra civil, sin distinción de bandos, credos o colores.



Luego vino lo de “la piedad”. Él nunca lo había titulado así, pero cuando se lo informaron,-desconozco de quien fue la idea- no le pareció mal porque, como dice el Diccionario de la Real Academia de la Lengua, piedad es el amor entrañable que consagramos a los padres y familiares, y un sentimiento de lástima, misericordia, y conmiseración.
El monumento de Granada, o sea, La Piedad de Carretero, representa un grupo de hombres, mujeres y niños que demuestran sus sentimiento de lástima y conmiseración, y también, ¿porqué no? de desesperación, por el hombre que yace a sus pies, y que puede ser su padre, su hermano, su novio o su hijo.
Me parece bien que sigan con la polémica de si deben o no poner en las tapias del cementerio de Granada los nombres de los fusilados durante la guerra, pero, por favor, no quieran utilizar para ello una bella obra de arte, que sólo representa lo que es: Un homenaje a todas las víctimas que hubo durante la Guerra Civil Española, con el deseo de que no se vuelva a repetir.



Quiero aprovechar para dejar una serie de fotografías tomadas en la inauguración de ese monumento, donde Eduardo Carretero estuvo acompañado por familiares y amigos.






Fotos: m.carrasco.m.

domingo, 6 de febrero de 2011

EDUARDO CARRETERO EN GRANADA.

Como publicaba ayer, Eduardo Carretero ha vuelto a Granada para recoger la medalla de oro de la ciudad que le han concedido el Ayuntamiento en consideración a sus méritos profesionales y personales.


Pero además ha podido recorrer las calles y plazas que recorrió en su niñez y en su juventud. En esta fotografía le vemos en la Plaza Bib-Rambla, aunque indicaba que ya no ser parecía a la de entonces, que tenía el suelo de tierra.


También aprovechó para desayunar unos buenos "tejeringos" en la Churrería Alhambra y recordar los sabores de antaño.


Ya por la tarde, en el teatro Isabel la Católica, el Señor Alcalde de Granada le entregó la medalla de oro que Eduardo agradecío con estas palabras:


“Muchas gracias al Excelentísimo Ayuntamiento de Granada que no me ha olvidado como yo no olvido a Granada. Mi estancia fuera no significa que haya olvidado el recuerdo permanente de mi niñez y de mi juventud que pasé aquí y lo que siempre me ha servido de ayuda para mi trabajo. Decir que era escultor y que era granadino me abría una gran puerta para trabajar porque contaba que con la belleza de Granada y el trabajo de sus muchos artistas que han dejado su belleza por todos los sitios, pues, indudablemente, se espera que un granadino que ha vivido en la belleza de Granada lo que haga sea algo sobresaliente. No es este mi caso pero así lo creyeron. Todas las crónicas que se han hecho de mi trabajo, tanto en Venezuela como en Granada y en Madrid, siempre consta como “el artista granadino” como primera fuerza para calificarlo, salvo una vez en Pamplona al hacer la referencia a un trabajo, decían que era artista navarro, como si quisieran que no fuese granadino.

Yo aquí nací, aquí pasé mi niñez y mi primera juventud. Aquí me casé. Aquí aprendí a esculpir la piedra, a tallar la madera y a empezar a ser lo poco o lo mucho que he llegado a ser; por lo tanto, tengo un gran agradecimiento a Granada. Circunstancias especiales, excepcionales, hicieron que yo saliera de Granada, cosa que para un granadino le parece que salir de Granada es salir del mundo, salir de la vida.

Ahora vivo y resido en Chinchón, un pueblo al que también quiero y ellos también me quieren, me han hecho hijo adoptivo y hoy aquí hay una representación del ayuntamiento y con la alcaldesa han querido compartir conmigo la alegría de este recuerdo.

Esta medalla me servirá para reafirmar aún más mi sentimiento granadino. Debe ser algo de la sangre, porque después de tanto tiempo sigo conservando el acento de Granada.

Y ahora he vuelto a revivir mi primera juventud en el Barrio de la Magdalena, mi vida en el Zacatín en la plaza de Bib-Rambla, en fin, he vuelto a ser niño.

Doy otra vez las gracias al Ayuntamiento y espero poder pagar de alguna forma este reconocimiento que el Ayuntamiento ha tenido conmigo.

Muchas gracias y saludos a todos”.



Y este es el aspecto que tenía el teatro Isabel la Católica, cuando la Banda de música interpretó el himno de Granada, el de Andalucía y el de España.

El Eremita, quiere felicitar a Eduardo Carretero en su nombre y en el de sus lectores, por este merecidísimo galardón con que ha sido premiado.