EL AYUNTAMIENTO DA A CONOCER EL PLIEGO DE CLÁUSULAS ADMINISTRATIVAS PARTICULARES PARA LA ORGANIZACIÓN Y ASISTENCIA TECNICA DE LAS FIESTAS DE CHINCHON.

Por primera vez, el Ayuntamiento de Chinchón saca a concurso la organización de las Fiestas Patronales, con un presupuesto de 200.000 Euros, más 32000 euros en concepto de IVA.
Los interesados pueden conocer las condiciones en la página web del Ayuntamiento.
Con este importe, los que se adjudiquen el concurso deberán organizar, como mínimo, los siguientes actos:

*CONCIERTOS: Cuatro conciertos para los días 12, 14, 15.

Día 12 Concierto Artista 1ª Linea Jóvenes (El cahé deberá superar los 12.000,00.euros)

Día 14 Concierto Artista Primera Línea Jóvenes.(El caché deberá superar los 30.000,00 euros).

Día 15 Concierto Artista Primera Linea Jóvenes (El caché deberá superar los 10.000,00 euros).

*ORQUESTAS: Los días 11 y 14.

*COMIDA DE MAYORES EL DIA 11 PARA 180 PERSONAS: menú mínimo ;entremeses, paella, helado, vino y gaseosa, con servicio de camareros y menaje,amenizado por dúo musical.

*DIA DEL NIÑO, DIA 11:- Parque infantil y pasacalles.

*PAELLA: DIA 14 para 1.200 personas, con cocineros, cubiertos, servilletas, pan y platos.

*PIROTECNIA: DIA 15.

*CHARANGA: Días del 13 al 16.

*DISCOTECA DE LOS DIAS 11 AL 16 .
Sin entrar en otras valoraciones, hay algunos datos que no deben estar correctos, ya que se habla de cuatro conciertos y solo se enumeran tres.En la organización de los actos festivos no se incluyen los festejos taurinos ni el anunciado concierto de Isabel Pantoja del día 13 de agosto. Esperamos que una vez terminadas las fiestas podamos conocer el montante total de los gastos de las fiestas patronales de este año.

¡Desde aquí queremos adelantar a todos los chinchonenses

nuestro deseo de unas felices fiestas patronales!

CHINCHON: MUY NOBLE Y MUY LEAL VILLA.

El 26 de diciembre de 1738, Felipe V concede a Chinchón la gracia de que se titule “La Muy Noble y Muy Leal".

Argumenta esta concesión “en consideración a la nobleza de la villa de Chinchón, a su lealtad que acreditó bien en la guerra pasada y a la circunstancia de tener por dueño al infante don Felipe, mi hijo... sin el gravamen del servicio pecuniario que es regular, cuando no concurren tan poderosos motivos... Por tanto, en ejecución de la de mi citada real resolución por esta mi Carta, concedo licencia, permisión y facultad a la referida villa de Chinchón, para que desde este día en adelante para siempre jamás, se pueda titular, titule y nomine en su ayuntamiento, acuerdos y demás paretes que convenga, La Muy Noble y Muy Leal, previniendo así en sus armas, escudos, sitios y parajes convenientes a que en todo tiempo conste de esta gracia, para que goce de la honras, honores y preheminencias que por semejantes están concedidas....se ha de tomar razón en la Contaduría General de la distribución de mi Real Hacienda donde están incorporados los libros de Registro General de Mercedes. Dada en el Pardo, a diez y siete días del mes de febrero de mil setecientos treinta y nueve años. Yo el Rey”.
Por este documento que se conserva en el Archivo Histórico de Chinchón, conocemos los títulos que tenía el Rey Felipe V: “Rey de Castilla, de León, de Aragón, de las dos Castillas, de Jerusalén, de Navarra, de Granada, de Toledo, de Valencia, de Galicia, de Mayorca, de Sevilla, de Cerdeña, de Córdoba, de Córcega, de Murcia, de Jaén, de los Algarves, de Algeciras, de Gibraltar, de las Islas Canarias, de las Indias Orientales y Occidentales y Tierra Firme del Mar Oceano, Archiduque de Austria, Duque de Borgoña, de Brabante y de Hilán, Conde de Asburg, de Flandes, Tirol y Barcelona, Señor de Vizcaya y de Molina, etc.”.
A partir de entonces el escudo de la villa de Chinchón recoge las armas de la casa de los borbones y queda así constituido:

Escudo cuartelado. 1º Cabeza de cabra contornada en azur; 2º De gules, castillo de oro rodeado de ocho estrellas del mismo metal; 3º León de oro, rampante, sobre gules, y 4º Lis de oro sobre azur. Tal y como autorizaba el rey, al escudo se le añade la leyenda de “La Muy Noble y Muy Leal”.
En el año 1744 el Concejo manda confeccionar un magnífico estandarte bordado en oro y plata con la imagen del Santo Patrono San Roque, y debajo las armas usadas antes descritas y en el reverso las armas del Infante don Felipe.

ESTACION DEL FERROCARRIL EN CHINCHÓN

He recibido una cariñosa comunicación de Santiago Rodriguez Guillén, autor del trabajo sobre la llegada del ferrocarril del Tajuña a Chinchón, al que ya hice mención; os lo trascribo por cosiderarlo de interés general.

"Me pongo en contacto contigo, en primer lugar, para felicitarte por tu blog. Creo que estás haciendo una gran labor por difundir el pasado y la realidad actual de Chinchón. Y quería colaborar en algo.
Te envío una foto de la estación de Chinchón, que me pasó Ángel Luis Fernández . Representa la llegada del tren a la desaparecida estación, con anterioridad a 1919. Y ésto es así porque los vagones que aparecen fueron sustituidos ese año por otros tipo bogie (como los de las películas del Oeste). Está muy deteriorada, pero aún así tiene su encanto.
Además, te envío el enlace a dos archivos sobre el trabajo del tren: uno recoge los horarios y precios, y otro el trazado ferroviario. Los he colgado de un portal que se llama scribd, porque el blog de google no deja adjuntar directamente los archivos. En todo caso, el que acceda allí luego puede bajárselos sin problema (en la pestaña download)".
http://www.scribd.com/doc/3944781/anexoIII-VELOCIDADES-MEDIAS-Y-DURACION-DE-LOS-VIAJES-DEL-FERROCARRIL-DEL-TAJUNA
http://www.scribd.com/doc/3944905/anexo-II-TRAZADO-FERROVIARIO-DEL-FERROCARRIL-DEL-TAJUNA-18871902

CONTRATO CONFIDENCIAL.

A la doctora Evangelina Duralde y Pérez, mi estomatólogo, cuando era pequeña, le gustaba la espeleología. Después, cuando con el tiempo llegó a la sensatez, se olvidó de las cuevas y siguiendo la tradición familiar paterna se hizo dentista. Posiblemente también contribuyó que siempre le había recordado el foco de la consulta de su padre a la linterna que llevan en la frente los espeleólogos; pero el caso es que casi había olvidado sus aficiones infantiles.

Pero su vida cambió cuando me conoció. Bucear por mis caries le resultaba tan apasionante como descender a las cuevas más profundas, en las que no podría encontrar tantos recovecos como los que mi deteriorada dentadura le ponía a su disposición.

Un día hasta se extraviaron unas tenacillas en la concavidad de una de mis muelas del juicio y se tuvo que movilizar toda la clínica para encontrarlas, lo que sólo se pudo conseguir gracias a las modernas técnicas de la radiología. A mí, en cambio, siempre me aterraron los dentistas. Y no por culpa de los que integran esa benefactora y prestigiosa profesión, sino por mi casi enfermizo temor a cualquier manipulación que se me pudiese hacer en la boca. Y eso desde pequeño; en casa nunca me asustaron con el hombre del saco ni con el lobo, ni siquiera con el corzo que, entonces, yo pensaba que debía ser un animal terrible, sino con el odontólogo, que muchos años después supe que era lo mismo que dentista.

Cuando aquel día puse mi destino en manos de la doctora Duralde, firmamos un contrato de absoluta confidencialidad, según el cual ella nunca comentaría mi vergonzante cobardía y yo, a cambio, le cedía toda mi dentadura para que se pudiese ejercitar en el noble deporte de la espeleología, sin asumir los riesgos que comporta tan peligrosa actividad.

Publicado en la Revista Literaria "Totum Revolutum" del año 2007.

FORTIFICACIÓN DE CHINCHÓN:

En el año 1837, había en Chinchón un grave problema de seguridad. Se habían formado bandas organizadas de bandidos que asaltaban a los viajeros y llegaban hasta los pueblos para cometer robos y asesinatos. Las autoridades de Chinchón, siguiendo las recomendaciones del gobierno central, tomaron la decisión de cerrar totalmente el pueblo, dejando sólo cuatro puertas de entrada, la de San Roque, la de la Cerca, la de la calle del Santo y la del Arco de Santa Ana. Se hicieron unos muros en todas las demás calles que salían del pueblo y se cerraron también los muros de las casas que permitían el acceso al interior. En las casas que quedaron extramuros se obligó a los propietarios a cerrar con rejas puertas y ventanas, con el fin de evitar los robos y agresiones que se venían cometiendo. De estas puertas sólo queda el recuerdo de la puerta de la Balquina, que era la puerta de Santa Ana. Esta fortificación permaneció varios años, si bien suponía grandes inconvenientes prácticos para el normal desenvolvimiento de la vida cotidiana, ya que las puertas permanecían cerradas desde la caída del sol hasta el alba lo que también suponía tener que disponer de personal para la custodia de las puertas y patrullas nocturnas, que debían hacer los vecinos por turnos sin ninguna remuneración. Uno de los temores de las autoridades estaba en la posibilidad de que la cárcel comarcal que se encontraba a la entrada de la calle de morata y donde se encontraban encarcelados todos los delincuentes de la comarca pudiera ser asaltada por los bandidos para liberar a sus compañeros, aunque no hay constancia de que se llegase a producir ningún asalto de estas características.
Existe un estudio monográfico de esta fortificación, que obtubo el primer premio en el Concurso de Investigación sobre Chinchón y su entorno en el año 2006, del que es autor Rául Panadero García, que les invito a leer, en el libro publicado en el año 2008 junto con los trabajos premiados en los años 2006 y 2007, y que lo pueden encontrar en la Biblioteca de Chinchón.